Sí, ya sé que es un tema muy manido por estas fechas pero cuando a uno le sucede en sus propias carnes....maldita la gracia.
Me explico.
Esta mañana, después de innumerables horas de estudio (en esto no soy muy innovador) me desplacé a Elche para examinarme de una de las asignaturas de libre configuración, en concreto, Introducción a la Criminología, de las que estoy matriculado en la Licenciatura de Derecho.
El examen constaba de tres preguntas (de las que había que responder sólo a dos) sobre un temario de 12 temas.
Yo, como casi todo el mundo y debido al poco tiempo, por un lado, que tenemos para preparar las asignaturas y, por otro lado, a que los comentarios que habían sobre la asignatura era de que repetían mucho las preguntas, me había estudiado todas las que habían salido en los tres últimos años (bueno, cuando digo estudiar ya me entendéis lo que quiero decir, que las llevaba cogidas con alfileres y con una sobredosis brutal de teorías, autores, explicaciones causales, variables, etc..vamos, con ciertas posibilidades de soltar todo lo que llevaba apuntalado en el instante y poder superar la asignatura que, al fin y al cabo, es de lo que se trataba).
Miento, me había estudiado todas menos las del tema 12 porque me resultaban áridas y porque, aunque saliera alguna de este tema, tenía el remanente de los otros 11.
Pues bien, habéis acertado, una de las tres preguntas era del tema 12.
Lo que yo ya no esperaba, es que el "son of bitch" de Murphy me tuviera preparada otra sorpresa y esta era que otra de las preguntas, al menos en los tres últimos años, nunca había salido por lo que me encuentro a la hora del examen, con dos preguntas de las tres en blanco.
La tercera pregunta sí la llevaba preparada pero claro, visto lo visto, era tal mi cabreo que no he podido ni concentrarme y apenas he escrito algo con un mínimo de coherencia sobre ella.
Murphy, yo te maldigo.
Postdata: Para más INRI en mi juventud estudié la Diplomatura Superior en Criminología que impartía la Universidad de Alicante como sección delegada de la Universidad Complutense de Madrid.
Como dijo aquel, ¡Manda huevos!