QUERIDOS COMPAÑEROS! ESPERO QUE ME PODÁIS AYUDAR, TENGO EL VIERNES UN EXAMEN TIPO TEST, UNO DE TANTOS QUE HE HECHO. PERO TENGO UN PROBLEMA PORQUE LE ESTOY COGIENDO MIEDO A ESTE TIPO DE EXAMEN, A MI LOS NORMALES DE RESPONDER LAS PREGUNTAS ME SALE BIEN, PERO ESTOS NO SE PORQUE, PERO ME PRESENTO A ELLOS CON MUCHO MIEDO Y CUANDO LOS VOY HACER ME BLOQUEO Y NO LOGRO ENTENDERLOS. YO ESTOY PREPARADA Y ME LO TODO YA QUE COMO TODOS NOS HARTAMOS DE ESTUDIAR, PERO EN FEBRERO ME LLEVE UN CHASCO MUY GORDO, PORQUE ME LO SABIA Y COMO ME QUITARON PUNTOS ME QUEDE EN UN 4,75 Y AHORA SOLO PENSARLO QUE ME TENGO QUE PRESENTAR A UNO TIPO TEST ME PONGO MUY NERVIOSA HASTA TIEMBLO.
POR FAVOR , SI ALGUIEN ME PUEDE DAR UN CONSEJO OS LO AGRADECERÍA DE TODO CORAZÓN
Voy a darte un consejo extraño, porque no es el típico que se da en los pasillos de las universidades... Pero creo que es importante, !Y clama ya al cielo que alguien lo diga!
Vamos a ver. Nerviosos y ansiosos vamos todos a los exámenes. Este es un estado en cierto modo perturbador pero que puede ser beneficioso. La ansiedad genera un estado de alerta y hace que pensemos más rápido, entre otras cosas... Hay ocasiones en las que es vital. Si nos perdemos en un bosque a las 8 de la noche en invierno, la ansiedad que nos genera el estar desubicados, el miedo a "supuestos animales salvajes" (que es un miedo ancestral), el miedo a la oscuridad, etc... es beneficioso. En esa situación nuestro cuerpo nos pone a alerta (aunque nuestra razón no lo desee) de modo que estaremos más despiertos a cualquier estímulo, reaccionaremos más rápido, iremos más desprisa, tomaremos decisiones más instintivas, etc... Lo mismo pasa si estamos a punto de ser atropellados por un coche, nuestra reacción estará por lo general muy por encima de lo que podríamos hacer en otro estado.
El problema es que algunas personas (en nuestra sociedad cada vez más) se ponen nerviosas con mucha facilidad o su ansiedad toma unas cotas tan altas que los bloquea o paraliza. No soy un experto, pero probablemente el paralizarse con el miedo es un último recurso útil ante un peligro, pues nos hace menos visibles (falta de movimiento) y más dóciles ante un potencial agresor que verá así disminuído su agresividad, el miedo que podría tenernos, o se podría confiar, etc... Lo mejor que podemos hacer ante una serpiente es quedarnos quietos, no movernos, pensar, y alejarnos lentamente sin molestar, etc...
Ahora bien. Esta estrategia es, obviamente, desastrosa en un examen.
Y ahora despues de este prólogo erudito (jeje...) vamos al meollo.
La fiebre es fabulosa para hacer que nos metamos en camita, no andemos haciendo cosas por ahí, no comamos mucho... y pasemos esa enfermedad como Dios manda. Pero muy poca gente, habiendo estudiado y estando en su sano juicio dudaría en tomarse un paracetamol si tiene unas décimas y un examen. Cuando nos hacemos un esguince el pie no hay nada mejor que estar quietos y descansar, pero nuevamente tomamos unas muletas y nos vamos al examen. Si tuvieses dificultades en leer los enunciados de los exámenes ¿No irías al oculista?
Entonces ¿Por qué no ir al psiquiatra o psicólogo a que nos ayude a superar lo que probablemente sea un problema de ansiedad, una especie de fobia o una falta de control de los estados de pánico, etc... etc...? La ansiedad es clínicamente relevante cuando perturba nuestra vida cotidiana. Hay quien puede decir que un exámen no es algo cotidiano... pero realmente sí que lo es. Es algo que llevamos haciendo desde la adolescencia (incluso en cierto modo la niñez) con cierta periodicidad, es algo a lo que de entrada todos estamos preparados (alguien con una inteligecia normal) es algo que de hecho (tal vez importe más le hecho) hacen decenas de miles de personas. Un examen no es ir un bombardeo en Vietnam, ni caminar por un estrecho desfiladero... pero incluso es esas situaciones los soldados o los alpinistas (habituados a estos contextos) si tuviesen un problema de nerviosismo grave deben ser atendidos por un médico especialista.
No hay razones para que uno crea que debe luchar sólo contra un bloqueo, contra el pánico o contra dificultades insuperables por causa de sus nervios (pensando que sí busca ayuda es un loco o que son problemas suyos que cuando los supere va ser más fuerte). Estos planteamientos contradicen nuestra "ser social" y nos exponen a que sí no somos capaces de resolverlo acabemos por frustranos más, agravar estos trastornos o abandonar y ocultarnos.
Yo abogo, y sé que es un tema polémico, por que las personas que sufren problemas graves de nervios en los exámenes (varias veces, repetidamente, suspensos, bloqueos, etc...) vayan a un especialista y que trate esta área de sus vidas. Existen tratamientos con benzodiacepinas (que suelen ser los más eficaces a corto plazo) que anulan, por lo menos, esos síntomas odiosos y paralizantes. Igual que el que se pone unas gafas para leer mejor los enunciados de un examen.