La propuesta del PP, si tenemos en cuenta lo que ha trascendido, no tiene en cuenta una segunda vuelta.
La democracia no es como una carrera, en la cual gana quien llega primero. En democracia hay que tener en cuenta las distintas opiniones, incluso las de las minorías. Por ello, no está mal que haya coaliciones y pactos postelectorales, que (se supone) intentan conjugar los distintos programas.
En democracia no siempre quien gana es el que gobierna. Es posible sacar más votos a escala nacional, y sin embargo menos diputados.
En cuanto a la elección de alcaldes, puestos a poner más democracia, habría que quitar del sistema electoral la posibilidad de que, a falta de concejales, mismamente porque han sido condenados por prevaricación (caso de Santiago), pasen al consistorio personas nombradas directamente por el partido, y que no han sido votadas por nadie.
En tal caso, no estaría mal repetir las elecciones.
Sistemas electorales hay muchos. Lo que no es de recibo es que el partido del Gobierno decida unilateralmente, sin consenso alguno, un nuevo sistema. Es más, no creo que se lo hayan pensado muy bien, porque eso puede suponer en un futuro que el PSOE decida otros cambios en el mismo u otros ámbitos.