Gato, yo creo que para todo en la vida, sea lo que sea, tienes que tener constancia y una buena rutina de estudios. Primeramente, yo me asombro de que pueda existir gente que se da el atracón una semana antes y aprueba, porque yo sinceramente soy incapaz.
No creo que en estos casos tenga nada que ver el coeficiente intelectual de cada uno, es decir no hay un proporción directa entre ser listo y cosechar éxitos académicos, es importante pero no definitivo. Hay una diferencia muy clara entre ser listo y ser inteligente , y por otra parte el que un número diga que eres superdotado o muy inteligente no te garantiza la panacea de éxitos en el estudio si no vas cultivando el terreno.
Y quizás, y apunto débilmente, quizás lo que te falle es que haga falta un poco más de dedicación diaria a la asignatura. Yo te puedo contar que todos los días toco todas las asignaturas, porque sé que si dedico unos días para cada una, acabo desconectándome y perdiendo el hilo, y cuando vuelvo a acometerla, ya la cosa se ha enfríado y ya no tengo la conexión con la materia que necesito. Y te lo estoy diciendo yo, Rober, que no me queda mucho para acabar, y lo que tengo ha sido a base de insistir e insistir y machacar y machacar y a vuelta con lo mismo, hasta que he dejado los apuntes y los libros hechos unos zorros.
¿Por qué no te planificas el tiempo diario que le puedes dedicar a cada asignatura? Y una vez planificado, hazlo.
Lee, subraya, vuelve a leer, comienza a memorizar, fíjate en los detalles, enlaza párrafos, sigue leyendo, pero como te digo tendría que ser un trabajo concienzudo, meditado y con los cinco sentidos puestos.
A veces, no es más importante el tiempo que le dediquemos, sino la intensidad que le ponemos a cada asignatura.
No me cabe la menor duda de que acabarás aprobando esta asignatura. Que me consta a mi, querido Gato, que cosas más difíciles has aprobado y no con un 5 precisamente.
No te agobies que aquí no hay nada inaprobable.
La próxima vez te presto el regalo que me hiciste, ya verás como te da muchísima suerte

Ánimo, Gato. Te sigo queriendo muchísimo
