La gente, así en general, es medio sunor. Dan por hecho que todos los negritos encaramados a la valla son unos pobres diablos en busca del sueño europeo. Buenos hombres que lo arriesgan todo por un futuro; vamos, algunos dirían que, joder, ¡son dignos de admiración! Pero todos, sin excepción.
Omiten que el CNI o los servicios de inteligencia franceses alertaron de que entre los miles de subsaharianos que forman esas largas hileras con destino a nuestra exiguas e insignificantes vallas fronterizas hay, no diré si muchos, pocos, menos o varios, elementos de la guerrilla maliense, delincuentes de toda índole y condición (asesinos, violadores...) que pretenden huir de la poca justicia que pueda haber en sus países de origen. Vamos, tíos que han sesgado vidas a machete y los tontos del huevo mirándolos con condescendencia y compasión mientras agreden a nuestros, NUESTROS, Guardias Civiles.
Hay que ser muuuuuuutonto.