El aborto: asesinato de inocentes
El Papa Juan Pablo II, en sus palabras de la misa celebrada en el Paseo de la Castellana, de Madrid, ante más de un millón de personas, dijo: «Jamás se puede legitimar el quitar la vida a un inocente».
En efecto, condenar a muerte a un criminal profesional, que es un peligro para la sociedad, será una cosa discutible. Unos opinan que basta con la cadena perpetua. Otros opinan que de la cárcel se puede escapar y por lo tanto, la pena de muerte es el único modo de evitar que haya nuevas víctimas inocentes a quienes la autoridad civil tiene la obligación de proteger.
Hay razones en pro y en contra. Por eso es una cosa opinable. Pero condenar a muerte a un inocente, es una monstruosidad tal, que nadie puede considerarlo moral. Ni católico, ni no católico.
Pues eso es el aborto.
Por eso el Concilio Vaticano II lo llama «crimen abominable2. Y la Comisión Permanente de los Obispos Españoles dice, en el número 11 de su Declaración, «que la Ley que justifique el aborto es gravemente injusta».
Los abortistas se escudan en que en los primeros meses del embarazo no se sabe si es o no persona humana. Pero ni en caso de duda puede ser lícito el aborto.
En efecto, si a ti te dan un envoltorio para que lo tires al mar, diciendo que se trata de un gato muerto y tú sospechas que es un niño vivo, no puedes tirarlo al mar sin salir de la duda. Y si lo tiras con la duda de que quizás sea un niño vivo, y resulta que era así, serías responsable de su muerte.
De igual modo, un cazador no puede disparar sobre un objeto que se mueve entre unas matas con la duda de si es un hombre o un animal. Y si dispara sin salir de la duda y resulta que es un hombre, será responsable de un homicidio.
Para que el aborto fuera lícito, los abortistas tendrían que estar seguros de que no hay vida humana desde el primer momento. Y esto es imposible, pues los científicos afirman, que la vida humana comienza en el momento de la concepción.
El Dr. D. Ramiro Rivera, Presidente del Consejo General de los Colegios Médicos de España, dijo por Televisión Española la noche del 5 de enero de 1983, en el espacio «Estudio abierto»: «Para un médico es indiscutible que desde el primer momento de la concepción tenemos un nuevo ser humano».
El 19 de febrero de 1983 se reunió en Madrid el Consejo General de los Colegios Médicos de España. En esta asamblea se elaboró un documento que se presentó a los medios informativos. El manifiesto fue aprobado por los Presidentes de todos los Colegios Médicos de España, por 47 votos a favor y una sola abstención. En la declaración se recoge una serie de resoluciones y estudios internacionales sobre aspectos científicos relacionados con el aborto, en los que se ratifica la existencia de vida humana independiente de la de la madre desde el primer momento de la concepción.
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