Cuando empecé el Grado, leí, creo que en el libro de Fundamentos algo que me sorprendió, por el hecho de que, hace tantos siglos, alguien lo tuviera ya tan claro y, a pesar de ello, no hayamos avanzado. Era una frase de Cicerón: venía a decir que, para que se dé una democracia real se requiere una triple exigencia: leyes justas, políticos honrados y un pueblo culto. Yo añadiría que, no precisamente por ese orden.