Tanto Juan II como Enrique IV intentaron, a petición de las Cortes, llevar a cabo un trabajo recopilatorio, sin resultado alguno. Sería en las Cortes de 1480 cuando los Reyes Católicos encargaron al jurista Alonso Díaz de Montalvo, que ya había realizado comentarios al Ordenamiento de Alcalá, el Fuero Real y las Partidas, la realización de una recopilación del Derecho castellano que prescindiera de aquellos preceptos que no fueran ya útiles por haber quedado obsoletos, y también aquellos que fueran contradictorios.