En primer lugar, agradezco sinceramente tanta lisonja, reconocimiento y respeto a la argumentación, aunque no conseguirá ablandarme y no por ello voy a “envainar mi humilde espadín”.

Considero que dejar a un lado los sentimientos personales en un debate político aúna mayor objetividad, mas, indiscutiblemente, cualquier planteamiento tendrá un barniz emocional, pues viene de una persona. Aunque escriba con el hemisferio izquierdo de mi cerebro, éste está conectado irremediablemente al derecho. Sin embargo pese a ello, prefiero dejar los sentimientos y las emociones a un lado siempre que me sea posible, pues sería una forma de hablar de mi vida y de mis vivencias personales, lo que no pretendo hacer en este foro.
Creo que entre unas cosas y otras estamos esparciendo demasiado el hilo del debate y nos harían falta años para poder discutirlo todo. No es por obviar la cuestión de la Escuela de las Américas por ejemplo, pero si además nos metemos en un tema tan complicado como la Doctrina de la Seguridad Nacional o la Guerra de baja intensidad, esto será un nunca acabar, y cada tema requeriría un hilo diferente.
Las condiciones geopolíticas en Colombia han cambiado mucho y cualquier análisis que se haga sobre esas doctrinas tiene que haber pasado por el tamiz de la historia reciente (caída del muro de Berlín, desmoronamiento de la URSS, derrota del comunismo acérrimo, desarrollo del socialismo en Europa…), así como la realidad actual del socialismo en América Latina: Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, el socialismo light de Chile, etc.
Quería aclarar igualmente un par de puntos:
Considero abominable la aniquilación por cualquier medio de ideales, provengan de izquierda o de derecha. Es innegable la persecución que ha sufrido la izquierda en Sudamérica en general y en Colombia en particular. En este país la izquierda sufrió una verdadera campaña de exterminio en años recientes. Pero la situación actual, es bien distinta.
Los asesinatos de sindicalistas a manos de los paramilitares en su mayoría, otros cometidos por guerrilleros, o por delincuencia común, o por militares, son solamente un ejemplo más de la complicadísima situación de violencia extrema que ha vivido y vive Colombia. Si nos pusiéramos a relatar uno a uno cada asesinato o cada violación de los derechos humanos en un país que sufre una guerra interna, tampoco acabaríamos nunca.
Uno de los mayores logros de Uribe ha sido la desmovilización masiva de los paramilitares, aunque solamente sea un paso. Ahora, se han formado nuevos grupos que se quieren seguir autodenominando así pero ya en absoluto lo son. No queda ni rastro de las autodefensas ni de nada de lo que los hizo fundar el movimiento. Son criminales sin más, exactamente igual que sus enemigos encarnizados, los guerrilleros. No hay diferencias entre ellos, ni ideología alguna, son la misma carroña asesina disputándose el mismo negocio.
Pero el pueblo colombiano quiere en su inmensa mayoría la paz, el pueblo colombiano siente los valores democráticos exactamente igual que los podemos sentir en España y así los vive. El Estado colombiano está presidido por un líder democráticamente elegido cuya principal obsesión ha sido y es acabar con el conflicto armado, conflicto que no es de todos contra todos, pero sí de muchos contra muchos. Es una madeja muy difícil de desenmarañar.
Creo sinceramente que Uribe le ha hecho mucho bien a Colombia. El aumento de la seguridad es innegable: la disminución de los retenes (pescas milagrosas), de los secuestros, por supuesto de los asesinatos, entre ellos, de sindicalistas, el cerco a las guerrillas cada vez más acorraladas, etc.
No sé si habéis tenido el placer de escuchar a Ingrid en estos días. Ella a pesar de defender fundamentos ideológicos y políticos contrarios a los de Uribe, reconoce su labor y sus logros.
También son innegables los puntos negros de su Gobierno y los excesos que se han podido cometer con su política de seguridad democrática: el descuido latente frente a la inversión social, el escándalo político del paramilitarismo que tiene a medio Congreso en la cárcel, el enfrentamiento con los demás poderes públicos… y algún otro aspecto negativo. Pero considero que donde más ha fallado y donde se debería hacer más hincapié, es en el tema de la educación (sistemáticamente olvidado por todos los Gobiernos de Colombia), por supuesto contando con una economía que sepa generar riqueza aprovechando la productividad de personas preparadas. Que no pase lo que tristemente sucede en Cuba.
Ahora bien, poner en orden la casa cuando lleva décadas vuelta al revés es una tarea que yo al menos, no envidio lo más mínimo. El que se crea más capaz… que se ponga, a ver en ese incomprensible caos qué logra resolver. Eso si no lo matan antes, claro.
Nos guste más, o nos guste menos, Hugo Rafael Chávez Frías también fue elegido democráticamente. Dicen que cada pueblo se merece a sus gobernantes. En este caso, la excepción hace la regla, de otra forma, sería muy injusta con el pueblo venezolano.
Pero volviendo al tema, finalmente ¿en qué quedamos? ¿Colombia es una democracia o no?
¿Por cierto, el nick es alemàn? Ich habe auch in Deutschland gewohnen
El nick es neerlandés. Ik heb ook in Nederland gewoond.
