Pondré recrtes de una entrevistaque le han hecho aYoani, la bloggera cubana.
No es para que la entiendan a ella, sino para que vean el surrealismo del régimen dictatorial cubano. No sólo impide salir, ino que más tarde impide entrar.
La entrevista completa está en su blog: Generación Y
Cuando los electores de la Revista Time, seleccionaron a Yoani Sánchez Cordero entre las cien personas más influyentes del mundo en el año 2008, en la clasificación de héroes y pioneros, no sabían que esta cubana flaca y brillante leyó a los clásicos de joven y esperó dos años estudiando pedagogía, para poder estudiar filología. Parió mientras estudiaba en la universidad. A los 26 años decidió emigrar y emigró. A los 27 pudo llevar a su hijo con ella y a los 28, se radicó nuevamente en su país, en contra de las leyes migratorias
P. ¿Cuándo terminas la Universidad?Y. S. Me gradué en 2000 y empecé a trabajar en la Editorial Gente Nueva. En realidad, yo tenía una plaza en la Casa de las Américas. Ése era mi perfil. Mi tesis se titulaba,
Palabras bajo presión y
era un estudio sobre la producción literaria en el periodo de las dictaduras en Latinoamérica.
Además, tenía muy buen escalafón y aspiraba a trabajar en Casa de las Américas. Un día, inexplicablemente, hubo un escándalo por la temática de la tesis.
Me quitaron la plaza sin decirme nada y me mandaron a una oscura oficina, de una oscura editorial llamada Gente Nueva.
Allí, hacía de todo un poco; lo mismo reparaba una computadora, hacía promoción cultural o una página Web. Todo, menos mi profesión. Allí estuve un año y un poquito, hasta septiembre u octubre de 2001. En ese momento, me voy para la calle, de kamikaze. Incluso
sin terminar el servicio social, lo que implica que mi título debe estar invalidado, según las ordenanzas de la burocracia. Me dije: no aguanto más. Trabajaba de lunes a sábado, jornada completa. En ir a la editorial y merendar algo en los alrededores, gastaba más de lo que me pagaban diario. Si me comía una pizza callejera, ya sabía que me había llevado el salario de ese día.
P. Pero decides liberarte del trabajo para el EstadoY. S. Cuando me liberé de trabajar para el Estado, me dedique como free lance a dar clases de castellano a extranjeros y a enseñar la ciudad a los turistas (en esa época estudie alemán). Conocía personas que querían conocer los museos, por ejemplo, y hacía ese tipo de circuito. Me convertí en una especie de guía de turismo. Enseñaba una Habana diferente, hablaba de la dualidad monetaria y de los problemas cotidianos. Eso me ayudó mucho, a comprender mi propia realidad. El explicar tu realidad, a gente que no sabe nada de ella, es un increíble entrenamiento para poder comprenderla.
En esta decisión, me ayudó mucho mi esposo, Reynaldo Escobar. Él es un ejemplo. Lo echaron del diario Juventud Rebelde y de la Biblioteca Nacional. En la Biblioteca Nacional, junto a otros compañeros,
pidió en una carta, analizar los acuerdos tomados en el V Congreso del partido comunista y por eso lo acorralaron y amenazaron. El no se dejó amenazar y pidió la baja. Luego fue mecánico de ascensor.
Por muchos años vivimos de vender el ron y los cigarros que dan por la libreta de racionamiento. El es el ejemplo de que se puede mantener la voz independiente.
P. ¿En ese momento te vinculas con un grupo de personas con pensamiento alternativo?Y. S. Eso tiene una evolución mas larga… En 2001, logré hacerme de una profesión paralela, la informática. Descubrí que me apasionaba el tema y, me puse a estudiar de manera autodidacta. Aprendí de software y hardware… Eso fue hasta
el año 2002, en que emigré a Suiza. Allí traté de hacerme camino. Saqué a mi hijo un año después. A los dos años, tuve que regresar, por motivos familiares. Pero, me planteé no volver al punto de origen. Quería hacer un proyecto ciudadano, civil.
Salí de Cuba con un permiso de once de meses, como salen todos los cubanos, y
al pasar los dos años, estaba en la categoría de emigrante y no podía regresar a quedarme a vivir en mi país.
P.
¿Como entras en Cuba?Y. S. Entré como turista. Eso es algo muy raro, nadie lo hace. Estuve sin papeles como seis meses, presionando hasta que finalmente
no pudieron expatriarme, ya que no tenía documentos.
Yo destruí mi pasaporte. Como así no me podían montar en un avión, pues me quedé.
Viví fuera de mi país y regresé porque comprendí que para mi la vida no está en otra parte, sino en otra Cuba.
Regresé y me quede ilegal, no por que sea absurda, sino porque las leyes migratorias cubanas son absurdas e irracionales
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