Vamos a ver Ñapas, lo estoy preguntando en serio y es una pregunta sobre la naturaleza etimológica de la acepción de un vocablo tan válida como otra cualquiera.
Ahora te explico, entiendo que se critique la actuación de cualquier cargo público, entiendo incluso que la crítica no tenga ningún fundamento y nazca de la (más o menos) lícita intención por parte de cualquiera de desprestigiar a su adversario. Ahora bien, no entiendo los estallidos injustificados. Se podría criticar la actuación de la ministra en hechos concretos pero lo que se me escapa es el por qué de esta "crueldad" por parte de muchos hacia la ministra por el hecho de decir "miembra", me parece una reacción desmesurada. ¿A qué se puede deber que a la ministra se la insulte y se la intente "inferiorizar" (dedicado a Lisi) y humillar de esta manera? Yo creo que, en cierta manera, todo esto está provocado por la imposición de unas normas de "corrección política" que afectan, sobretodo, a los individuos con cierta cultura (académica que no siempre va de la mano de la de modales). Existe una imposición tácita acerca de cómo debemos expresarnos para no parecer homófobos, machistas, xenófobos. Obviamente en esta sociedad entre los sectores educados (académicamente hablando) se dan casos de homófobos, machistas y xenófobos que ven limitadas sus posibilidades expresivas por esta corrección política que nos "ata" a todos. Sin embargo el sentimiento sigue ahí, disfrazado.
Este ataque a la ministra es similar a la reacción ante la ley de matrimonio homosexual por parte de los sectores homófobos de nuestra sociedad (y si lo son, lo son ¿para qué nos vamos a andar con eufemismos y/o tonterías?). Encontraban el hecho inaceptable y disfrazaron su protesta y oposición homófoba de "excusa" patética sobre si "debemos cambiarle el nombre, no es lo mismo mi matrimonio que la unión de dos bujarras". Lo que podría parecer la alternativa aceptable a : "estamos en contra de que dos personas del mismo sexo se casen porque eso es una aberración y va contra natura", que es lo que verdaderamente querían decir pero no podían.
La reacción contra la ministra es, a mi modo de ver, la válvula de escape que se le ha presentado a los machistas de este país para superar la barrera de la corrección política y poder desfogarse.
Entiendo que la palabra machista, así a bote pronto (siempre creí que esta expresión era "a voz de pronto" pero vi que un compañero usaba esta versión y pa no quedar mal le "haré caso") suena muy radical pero cada cual debería ser consciente de lo que es, sin eufemismos y caretas. Por eso, yo, personalmente, considero, a todos los que atacan de una manera tan feroz y desmedida a la ministra por decir "miembra", machistas que pretenden disfrazarse.
Obviamente, entiendo que pueda existir oposición al discurso de la ministra, pero si ese discurso se hace desde la más desbocada ferocidad sólo me queda que pensar que esconde algo más que el ataque personal hacia la ministra por haber errado un término.