El matrimonio o mejor, vivir en pareja, puede ser la cosa más maravillosa que existe. Siempre y cuando lo dos tengan las mismas metas e intereses y se impliquen al 50%. Lo chungo viene cuando uno de los dos o ambos no tienen claro lo que es una convivencia e intentan escaquearse de sus deberes o imponerse al otro y no dejar que actue como quiera, siempre que no influya en la pareja. En esas condiciones es prácticamente imposible educar a unos hijos, por lo que creo que lo más responsable sería el divorcio. Así vemos a muchos padres (la mayoría madres) que crían solos a sus hijos con la consiguiente dedicación (trabajo) que eso conlleva. Algo que daña tanto a los hijos como a la pareja en sí. A los dos.
Si todos dejáramos que nuestra pareja haga lo que le parezca, sin dejar sus obligaciones dentro de la misma, y no acaparamos todo su tiempo, pienso que no habría divorcio. Exceptuando a aquellos que se hayan comprometido de forma irresponsable e inmadura.
Pero que se le va a hacer, hasta que no se consiga la concienciación de todos, me parece que continuaremos en la misma situación.
En el fondo de todo, siempre subyace el egoismo de unos y otros.
Un saludo.