NI DIOS NI PATRIA NI REY TODO ES UN CAMELO QUE NO MERECE UNA VIDA.
Trascripción de la pregunta de filosofia de la primera semana: ¿Lo aprobais o no?
LIMITES DEL EJERCICIO DE LOS DERECHOS HUMANOS
En verdad que no se les puede poner “puertas al campo”, pues en este debemos caber todos.
Pero hay quienes sostienen que si no fuera de este modo esto “seria una linde sin vallar”.
La introducción de la cuestión parece ser contradictoria, pues los Derechos Humanos, no deberían tener límite alguno, pues siendo Derechos humanos ¿Quién habría de privarnos de estos?, pero los seres humanos no somos una masa homogénea, (Aunque debiéramos serlo a la hora de disfrutar de estos).
De ahí que quienes nos quieren hacer creer que nuestros derechos y libertades empiezan cuando no privamos a las de los demás, se habrían de plantear. ¿Qué hacemos individualmente cada uno de nosotros para erradicar cuantos en el “poder”, nos coartan el libre ejercicio de estos amparándose, en cuestiones como la moral – el orden público –el bien común y el derecho de los otros.
Estas cuestiones no fueran necesarias tenerlas en consideración si después de tantos siglos de experiencia alcanzada las proclamas de Der. Humanos, los poderes fácticos no nos hicieran ver que del “dicho y escrito al hecho hay un largo trecho”.
EL ORDEN PÚBLICO: Aquello de que no se puede alterar el orden público ¿Cómo se altera este?, enseñando en la “Academia o en el Liceo”, para que los jóvenes abran sus mentes al conocimiento y conozcan la realidad adquiriendo espíritus crítico y con el del Derecho a disentir.
Porque el orden público para algunos no es solo hacer ruido en las calles, sino vivir conforme a tus postulados y escalas de valores y todo aquel que de algún modo lo exteriorice, esta preso de caer preso de uno u otro modo cuando quiera hacer valer el valor más constante en los tiempos que es la dignidad de sentirse ser, obrando en conciencia.
EL BIEN COMUN: Sabiendo todos que el bien común no es otro que la panacea de los Der. Humanos, y su infinidad de proclamas, aunque estas estén dirigidas al ser como individuo, no es menos cierto que este se encuentra inmerso en una sociedad, la misma que asume e interioriza que los logros sociales no se alcanzan sin una lucha constante, pero que una vez alcanzados, (aunque de modo parcial) depone su actitud obrando insolidariamente.
¿Cuándo empieza y acaba entonces el bien común? ¡Cuando he alcanzado los derechos más elementales, (los de mi círculo más próximo) ¿Y los generales del resto de la comunidad internacional? ¿Y aquellos Derechos humanos de 4ª generación y los derechos de las generaciones venideras?.
LA MORAL: La moral imperecedera que yo diría la universal, la que se perpetua en el tiempo, sin hacer distinción de credo, ni religión, ¡porque en definitiva toda es una!.
Vemos como los medios del poder amparándose en la herramienta democrática de una ley electoral como la D´hont, (hace prevalecer) lo que a este mundo que nos ha tocado vivir parece exportarse a los países en vía de desarrollismo que interesa.
Con instrumentos como este difícilmente el ciudadano de a pie se plantea ir más lejos de lo que los oportunistas de turno le permitan, “aquellos que se amparan en Der.Humanos debidamente positivados, refrendados y reconocidos como el art. 9.2 y 9.3 de nuestra “magna constitución”, donde debe de evitarse la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos, así como remover cuantos obstáculos se le pongan a los ciudadanos para hacer efectivos estos derechos. (“aportación que fuera de Peces Barba, y que le fuera admitida a regañadientes”).
Sólo cuando LOS OTROS CIUDADANOS, asuman que lo somos y exijamos la eficaz tutela jurisdiccional de las “leyes y sus proclamas y preceptos”, nos veremos como un todo que aúna sus esfuerzos y no como un jandicar por aquello “ De que mis derechos y libertades empiezan donde acaban las de los demás “ (aunque esto pudiera parecer retóricamente cierto).
Las minorías no tienen porque no llevar razón siempre y más del modo como se “conforman” estas (nunca mejor dicho las mayorías).
Derecho a disentir ya lo decía •Juan de Mariana”, y otras muchas cosas más.
“La vida y la hacienda al Rey he de dar pero la honra es del alma y esa es de Dios” sea o no el Leviatán de Hobbes. – “Pedro Crespo” Calderón de la Barca.
Nota: Espero que de entre vosotros no me toque un juez que tenga acceso a calificarme y me suspenda a priori que todavia no se la nota.