El concepto de secta es difícil, más aún en esta época en que no hay una separación clara entre lo religioso y lo irreligioso, entre la ortodoxia o doctrina mayoritaria y la heterodoxia o aquello que se separa de la doctrina mayoritaria y que, también era llamada secta.
Yo, que he leído algo sobre esto, la verdad es que lo veo difícil, porque nada se ajusta a este tiempo raro de hoy en día. El poder quiere parecer rebelde, desapoderarse, anarquizarse, la ortodoxia quiere ser lo provocador, lo innovador, lo que se separa del pensamiento mayoritario. El sector social que no tiene el poder, quiere que la autoridad ejerza de tal, todo al revés. Otro día lo explicaré. Tal vez éste no sea el hilo, yo para esto, sugeriría un título: "el mundo al revés."
Pero bueno, a lo que iba de Federico y César. Acaban de terminar, me acaban de dejar un agujero en el dial, los personajes admirables que han pasado por el programa, me han sugerido una especie de frase de despedida:
Nosotros los oyentes, no somos nadie, ni lo seremos nunca. No somos ni mucho menos como el piloto ruso, que desmontó la mentira de Bono sobre el helicóptero, no somos víctimas como Alcaraz y Ángeles Domínguez, no hemos padecido injusticias como Liaño y Zougham, tal vez no nos hayamos padecido tanto el lavado de cerebro de Educación para la Ciudadanía, ni muchas otras singulares situaciones.
Nosotros no somos nadie, no somos ninguno de los que hemos seguido, pero tenemos algo de todos ellos.