Bueno, pues, en mi opinión y por lo poco que he visto (es mi primer año en la Uned, aunque mi quinto en Derecho) aquí hay de todo, como en botica.
Me explico: el nivel del profesorado de apoyo es más variable que el tiempo en Cuaresma. Yo he asistido a tres tutorías, cuyo nombre no aclararé para no herir susceptibilidades: en dos de ellas el profesor@ estaba bien preparado, en una de éstas hasta era simpatic@ y hacía las clases extraordinariamente amenas. El tercero, lo siento, pero parecía el conserje camuflado. Y que me perdonen los conserjes, pues respeto su profesión y a ellos, como a cualquier ser humano. El buen señor, no es que solo no tuviera ni idea de enseñar, es que ni se sabía la asignatura. Aquí sí estoy con el compañero: no merece la pena la pérdida de tiempo y gasolina.
Además de la calidad del profesorado, todo depende también del caracter del alumno: hay personas que necesitan una cierta disciplina y regularidad para no "perderse en el espacio" árido y extenso de muchas asignaturas. Ir a clase les estimula, les da una cierta "sensación de realidad" y de paso les sirve para relacionarse, contarse penas con los compañeros y no caer en el desánimo e incluso la depresión. Hay otras que no necesitan de todo eso: con sus apuntes, sus libros, sus programas y el resto de material tienen suficiente. Se presentan el día del examen...¡Y hasta luego, Lucas!
En algunas tutorías, por último, se hacen ensayos de exámenes, que pueden ser muy útiles para adaptarse a las particularidades y "manías" de cada departamento, a la vez que disminuyen el estrés de última hora.
Yo, de momento, voy a las clases que me interesen, pero "del conserje", paso.
