Sí, Calero, has dado con la clave de una parte del problema de la verdad decidida. La otra parte, es que en la izquierda pasa exactamente lo mismo.
Una cosa y la otra, son las causas de que en España haya tan poco debate y tan pobre.
Pero ahora que hablábamos de los lastres de la derecha, efectivamente son los siguientes:
1. Se niegan a ver en el pasado español, otra cosa que no sea la gloria de sus armas en la era preindustrial.
2. Reducen todo el fracaso de España a las conspiraciones, a la maldad de los franceses e ingleses, a la perfidia luterana y a la llamada "miseria de la revolución".
3. Esto les hace defender el camino español, enrocarse en él y confunden el patriotismo, con el patrioterismo, pues defender a España (en el sentido de desear el bienestar de los españoles) no significa en modo alguno defender su historia, pues semejante ceguera supone condenarse a repetir los errores del pasado.
4. La defensa del clero y del tradicionalismo, ha conllevado el aceptar la tradición por la tradición sin preguntarse si ésta es buena o mala. Y eso supone condenarse a repetir los errores del pasado.
5. Esa defensa acérrima de la tradición contra la razón, ha conllevado la aceptación de localismos tales como los de la secta carlista, separatista, inhumana y racista. Los efectos ya los estamos viendo.
6. Particularmente nefasta, ha sido en la derecha (no sólo para ella, sino lo que es peor, para los españoles) la defensa de una Constitución plagada de arcaísmos y anacronismos, tales como la Justicia constitucional kelseniana, los derechos históricos o los privilegios de los parlamentarias, cosas éstas que quizá encajen bien en nuestra tradición, pero que por encima de todo son inoperantes y repugnan a la razón.