Mi experiencia como opositor es la siguiente:
1º Cuanto menor ámbito territorial y dentro de éste de menor población tenga la Administración mayor es el número de comentarios, bulos o realidades sobre las designaciones a dedo en los tribunales aumentando su limpieza a mayor ámbito de Administración, pero siendo proporcionalmente superior cuando es sectorial dentro de una Administración de amplio ámbito territorial.
2º En las administraciones institucionales: las entidades públicas de derecho público, los consorcios, las mancomunidades, etc. aumenta estos comentarios, bulos y realidades.
3º Mientras se mantengan los tribunales calificadores en virtud de su principio sustraído a la jurisdicción en su apreciación libre como técnicos de las correcciones de los exámenes de desarrollo o preguntas de tipo corto, que son totalmente subjetivas en la apreciación de los correctores, aún siendo asistidos por técnicos y actuando éstos con la mayor diligencia personal y profesional. Desde mi punto de vista no solo infringe la capacidad del opositor sino su igualdad en la competición concurritiva.
4º Mientas los exámenes, su control, sus correcciones estén bajo el ser humano siempre se darán hechos de “enchusfismo” al ir en carácter del ser humano.
En mi experiencia personal como opositor, sí “he visto”, “comprobado”, con independencia de los comentarios, enchufes de personas en Administraciones de forma vergonzosa, sin preparación y porque son de la localidad o familiar de. Algunas veces con posibilidades de estar dentro yo y de no haber ocurrido estás cosas haber podido entrar algunos otros opositores mejor preparados que yo. Y no una vez, ni dos, bastantes y en Administraciones Locales en concreto.
Tanto que abandoné las oposiciones hace más de quince años atrás y actualmente “vivo” de lo que aprendí en aquella época. Pero para opositar hay que creer y saber que sólo no vale el aprobado sino ser el nº 1, pensar en ser el nº 2, puede llevarte a no entrar entre las tres, veinte, cincuenta o trecientas plazas, cuando las hay. Enfrentarme a una oposición en la actualidad me cuesta, me cuesta mucho, por estás experiencias… Pero ahí estamos otra vez, en la brecha, sin ganas y sin creer, estudiando sin ganas y presentándome sin creer.