Harto de esperas, me pregunto por qué no han corregido todavía, o mejor, por qué no han colgado las notas aún. Entro en curso virtual y curioseando, empiezo a ver que compañeros tengo y alucino cuando me doy cuenta de que somos casi 3.000 alumnos. Mi solidaridad con los profesores. Retiro todo cuanto pueda haber hecho zumbar sus oidos.