Hola: solicito orientación para posible solución a mi problema. Aunque sé que ciertos detalles no tienen peso o valor específico para las cuestiones técnicas legales o jurídicas, las suelto porque creo que son parte indisoluble y para transmitir, en lo posible, mi situación. Quería poner solución a mi problema económico, y buscando en Google por “pensión_alimentos” he encontrado este foro.
Si este “sitio” fuese inadecuado para mi búsqueda de orientación para cortar de una vez el parasitismo económico del que soy objeto, me iría a buscar consejo a otro lugar y en ese caso agradecería igualmente sugerencias de sitios adecuados para tal intención.
Quien prefiera saltarse estos precedentes, puede ir directamente a la pregunta, al final, en negrita.
Soy padre ‘biológico’ de una hija que actualmente tiene 19 años (cumple 20 este 2010) y busco ayuda para dejar de pagar a la madre una pensión por alimentos que sé y creo que es injusta, y que ella NO NECESITA más que para vivir mucho más desahogada de lo que ya vive. Sin entrar en cantidades de la pensión en cuestión. Por supuesto que siento que esa “hija” es una inocente en medio de todo este asunto que le ha tocado vivir, pero ya se verá si más adelante hay algo que se pueda hacer. No he tenido más hijos, nunca me he casado, no tengo pareja y actualmente soy soltero. Tampoco comentaré mi edad, pero como que ya casiiiii…. que solterón.
Esa hija fue producto de una relación esporádica que la gestante quiso llevar adelante unilateralmente. Para quedar embarazada disimuló sus intenciones haciéndome creer que no había ningún riesgo de embarazo y que “aquello” quedaría en lo que se suponía que era: una relación sexual sin más, cosa que ella aparentaba compartir conmigo. Posteriormente, cuando ya tuvo lo que perseguía, a los tres meses del encuentro gestor que yo ignoraba, se puso en contacto conmigo telefónicamente para comunicarme su “entusiástica noticia de que estaba de tres meses y que me encantaría ser padre”. Los padres de sus dos anteriores hijos están en otros dos distintos continentes cada uno, con sus familias: su mujer y sus hijos reconocidos cada uno de ellos.
Tras comunicarle en ese mismo momento que opinaba que era un a desequilibrada y que eso era una locura y una irresponsabilidad por su parte, (máxime en su situación de “recién llegada como turista”, sin trabajo, ni ingresos y ‘acogida’ (por lo visto) en casa de unos “amigos”) me dijo, no sin antes insistir demasiadas veces en que era algo que sería “maravilloso” para mi, extrañándose de que no me entusiasmase la idea de tener un hijo con ella, etc.. ; al final, en un [una vez más] aparente tono de comprensión del asunto, me dijo que no me molestaría más y que no me preocupase. La niña siguió adelante sin que tuviese padre reconocido.
Y así fue hasta que a los 7 años volvió la madre a llamarme por teléfono, aparentemente, una vez más, en tono afable y conciliador, diciéndome de entrada que no me preocupase, pero que se había visto obligada a romper su palabra de no molestarme más, porque solo quería ponerme al tanto de algo en relación a “la niña”.
Lo que me comunicó fue que la niña, como es natural, por el hecho de que había asistido a como sus hermanos, recientemente, habían comenzado a establecer contacto con sus dos respectivos padres en otros dos distintos continentes, y que ella (la niña) estaba últimamente, insistentemente, preguntando por su padre, por “cuando iba a conocer ella al suyo”, que al ser tan insistente se vio en “el deber moral de llamarme para comunicármelo” por si yo quería, “POR EL BIÉN EMOCIONAL DE LA MENOR”, (única motivación que me manifestó…) aparecer como figura paterna, haciendo especial aclaración de que la cosa no iba de requerir ninguna pensión ni cosas por el estilo, “que estuviese tranquilo”, y animándome para que nos encontrásemos (la madre y yo) para mostrarme fotos de la niña, contarme lo “especial” que era, etc, etc, etc , para que yo, posteriormente a ese encuentro, decidiese si quería aparecer como padre de la niña o no.
La cuestión es que, llevándome una vez más de su palabra y conviniendo verbalmente con ella en que mi “aparición” como padre era a efectos preventivos de la salud emocional de la niña, accedí y conocí a la por aquel entonces menor, (mi supuesta hija biológica) cuando había cumplido ya los 7 años. La relación, una vez establecido el contacto, se basaba en ir a buscarla para actividades de paseos en la naturaleza, espectáculos, mis reuniones familiares (la presenté a la familia, etc…) salidas a comer, cumpleaños, a comprar alguna cosa que la niña necesitase regularmente: ropa, calzado, material escolar, día de reyes, noche buena, móvil, etc…. con mi familia, etc…, circulos de amigos compartiendo salidas con sus hijos, etc…, etc…
La actitud de la madre tardó poco en cambiar un año y medio, más o menos. Cuando la niña ya estaba perfectamente integrada en mi familia y en mis relaciones, comenzó a requerirme cantidades en efectivo aduciendo que estaba mal económicamente y necesitaba, primero que le pagase el comedor del colegio, luego un millón de pesetas para “salvar” su casa hipotecada y no tener que venderla, etc, etc,.. hasta que, ante mi negativa a “ayudarla”, me “envió” al mayor de sus hijos para que me convenciese de que yo le firmase como fiador para una casa que se querían comprar, casa que necesitaban para irse a vivir por tener que vender la que había sido hasta entonces su casa, pero al estar hipotecada y por no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca tenían que venderla.
Al decirle a su hijo, de alguna manera, que “ni hablar del peluquín” y entonces argumentarme este a mí que “..debería hacerlo por mi hija” este muchacho montó en cólera, se fue de la reunión al decirle yo que si mi hija tenía algún problema de alojamiento siempre podría venirse a vivir conmigo, pero que yo no era el responsable de financiarles vivienda nueva: a él mismo, a su hermano, a su madre, a su abuela, a los 4 perros y a los 7 gatos que integraban la unidad familiar en la que su madre había decidido hace 8 años meter a su hermana.
El acto seguido fue una demanda de paternidad de la que resultó la determinación vía pruebas biológicas, la demostración de mi paternidad, pues siempre estuvo ahí la duda razonable al haber mantenido su madre relaciones simultaneas, también esporádicas, en su momento con otro hombre también conocido de círculos comunes.
Antes de todo esto, la relación con la niña, antes del juicio, ya había ido cambiando notablemente, llegando al caso de comenzar a hacerme continuas preguntas acerca de cuanto ganaba, de si la casa donde vivía yo era mía, de si mi coche ya lo tenía pagado, etc… Tras el juicio la cosa quedó (por petición de la niña) en que ella conservaría los apellidos de la madre como siempre y como es costumbre en el país del que vino su madre como turista. Aparte de eso, una pensión por alimentos y que la niña comenzó a darme excusas para salir como siempre, dando muestras inequívocas de estar muy resentida conmigo (natural, no la culpo DE NADA) llegando al caso de hacerme “desplantes” en plena calle siguiendo su camino cuando hemos coincidido un par de veces y seguir caminando como si no me hubiese visto.
Vale. No tengo ninguna queja de la niña, porque sé que, en su situación, yo hubiese hecho lo mismo. Ese no es el problema. El problema es que en todo este tiempo, la madre, receptora de la pensión por alimentos de la menor, ha estado trabajando sin darse de alta en la Seg. Social y encima inscrita en el paro, cobrando a dos bandas, digo, a tres, NO, A CUATRO BANDAS, también de mí la pensión que estimó justa la autoridad competente creyéndose, en el momento del juicio lo que esta tipeja declaró en el juicio: esto es, que estaba en paro y no tenía ingresos, cosa que yo no puedo demostrar, pero que sé que es falsa. Al final vendió la casa hipotecada y se compraron otra junto al mar.
Entonces, con esta situación, actualmente: mi “hija” y yo no tenemos contacto, me esquiva en la calle, parece que sigue estudiando (parece, no lo sé cierto..), tiene ya prácticamente 20 años, la madre trabaja ilegalmente en dos empresas de las que cobra dos sueldos, y está ”apuntada” ilegalmente al paro, cobrando además el paro, y además cobra mi pensión por alimentos. Yo sigo ganado proporcionalmente lo mismo que cuando me denunció pero he tenido muchas estrecheces económicas y he tenido que renunciar a meterme en acceder a asuntos básicos como vivienda propia y demás que de no ser por la pensión por alimentos ya hubiera podido tener la casa que siempre he “soñado”, etc…, en fin… , pero vivo “de alquiler”.
Mi pregunta es: ¿Qué debo hacer para detener esta situación de pago de una pensión por alimentos en una cuantía que viene determinada por una jueza que tuvo en cuenta un estado económico de la madre que era fraudulento y que actualmente lo sigue siendo, pero que no veo forma de demostrar? ¿Hay forma de demostrarlo sin un detective privado que está fuera de mi alcance económico? ¿Qué consecuencias puede tener para la madre el que quede demostrada (si pudiese) su fraudulenta situación laboral?
Agradezco de antemano vuestra paciencia. A quienes la hayan tenido. A los que no, también…normal…