Los derechos humanos están para fortalecer las sociedades democráticas, no para hacer burla de ellos, desnaturalizarlos y destruírlas. Art. 10-1 CE.
En la medida en que el burka es una manifestación extrema de la injusticia del fuerte, contra el débil, de un abominable, repugnante y oprobioso patriarcado islámico, estimo conveniente dicha prohibición.
Pero cuidado, porque Cataluña es una de las comunidades más afectadas por la inmigración musulmana. Tan es así que hay pueblos donde se utilizan los polideportivos como mezquitas.
Y cuidado también, porque los islámicos están ganando terreno político a pasos agigantados, gracias a las cuantiosas subvenciones. Conviene no olvidarlo, todo hay que decirlo.
Pero en términos políticos, entiendo que el islam se está haciendo demasiado fuerte y al poder político no le queda otra que limitar el enorme poder que está adquiriendo la religión islámica. Por este motivo, apoyo la moción.
En otras ocasiones, son los nacionalistas los que representan la injusticia del fuerte, que incluso se han cruzado en mi camino. Pero mi batalla no es contra los catalanes, sino contra la injusticia del fuerte, de la que los musulmanes son actualmente, su máximo exponente.
Esta vez son los nacionalistas los que se posicionan contra la injusticia del fuerte. No tengo inconveniente en apoyarlos. Aparte, el burka es un esperpento tan extremo que avergüenza a no pocos musulmanes.