Puedo entender que determinadas personas tengan un concepto muy sui generis del contenido del derecho fundamental a la libertad, incluida, por supuesto, la libertad de cátedra.
Un profesor puede exponer las opiniones personales que considere oportunas siempre y cuando tengan relación con los contenidos del Programa, como es el caso. Y dentro de sus límites, por supuesto que puede expresar en los libros de texto lo que le parezca, por mucho que alguien lo quiera arreglar todo prohibiendo, multando y negando libertades a los demás. De hecho es realmente vergonzoso que a alguien que supuestamente estudia Derecho y tiene ya unos mínimos conocimientos jurídicos, se le pase ese detalle por alto, sea federalista, centralista, pianista o lista.
Ya he dicho que para gustos los colores, y podemos elegir. Obviamente ya presagiaba los malestares estomacales que un libro español de España puede provocar en determinados estudiantes, pero si a alguien le revuelve el estómago es su malestar, no el del resto. A quien no le convenga tiene dónde elegir, ancha es Castilla. Pero resulta que, en España, la libertad de cátedra es un derecho fundamental protegido por la Constitución. Quien esté en la UNED y encima estudiando Derecho, debería empezar a asumirlo, que ya es hora. Y los revoltijos de estómago de un estudiante de Derecho, incapaz de respetar los derechos y libertades ajenos, no creo que constituyan un argumento de peso para restar derechos fundamentales a nadie.
Teniendo eso claro, cualquiera cabe en la UNED.