Transversalidad islámica, transversalidad en el suicidio. Las diferencias ideológicas que nos pretenden vender no son tales: eso que para Carl Schmitt era inimaginable (que por amor mal entendido al enemigo, se entregase Europa al Islam), eso se está produciendo. Pero como el propio Schmitt sostiene, el evangelio se refería al enemigo personal, no así al político.
Oriana Fallacci, lanzó otro grito desesperado, incluso lo había lanzado antes del 11-S. Sus compatriotas a los que con razón despreciaba, han hecho lo que ella temía: han empezado a sustituír a la autoridad civil, por la religiosa. Son los mulás los que controlan políticamente el tema, los que ejercen un patriarcado implacable ante nuestras propias narices, los que obligan a muchos europeos a vivir escondidos del Islam bajo amenazas de tener una muerte atroz. Pero lo peor son los socialistas y los falsos liberales, que protegen ese totalitarismo, bajo el paraguas de la libertad religiosa. Son los mismos que anteponían utilidades materialistas que no eran tales, a la libertad, (y aunque hubiera tales utilidades, ¡qué importa eso!) en los tiempos en que el bloque comunista trituraba atrozmente toda libertad y sus ciudadanos pretendían escapar desesperadamente al otro lado del muro.
Los totalitarismos mutan y por eso, muchas veces no son detectados. Cambian de nombre: fascismo, comunismo, islamismo, etc. pero su mecanismo es siempre el mismo: infiltración en la sociedad libre que pretenden destruír desde dentro.