Palangana desde luego, no ignora que en la Constitución hay algo de trampa, (no en el sentido jurídico, sino en el sentido cotidiano, de que es mentira), aunque sea ley.
Y la hay: la hay cuando crea este engendro del art. 159 al cual me niego a llamar por su nombre oficial, que somete el control de constitucionalidad de las leyes, a doce diputados apretabotones, tan apretabotones ellos, como sus colegas del Congreso, Senado, Concejales o Parlamentarios Autonómicos. Algunos además de apretabotones, son sobrecogedores, sobre todo cuando esos sobres contienen suculentas cantidades.
En cuanto al término “ultraderechista”, se ha hecho un abuso enorme de semejante palabra y mal utilizada con reiteración, sea por ignorancia, por mala fe o por las dos cosas, pierde todo valor en quien la utiliza de ese modo tan inapropiado.
No puede tampoco ignorarse que, la Constitución permite su propia destrucción: lo permite por cuanto que convierte a los poderosos en controladores de sus propios abusos, y ninguna norma fue eficaz, cuando el encargado de decidir si Pedro es inocente o culpable, es el propio Pedro o sus mayordomos. Una ley que convierte al poder político en juez de sí mismo, lo que está diciendo es que el poder político no tiene límites y puede cometer todos los atropellos que se le antoje. No dice eso nuestra ley suprema, (que puedan cometer todos los atropellos que se les antoje) pero no hace falta ser un gran visionario, para ver que si no lo dice, es sólo para mantener engañados a los ciudadanos, especialmente a los que no conocen la Constitución. De un lado, les prohíbe cometer atropellos, pero por otra parte les otorga competencia para juzgarse a sí mismos, lo cual es garantía de su impunidad.
No creo haber dicho nada extraordinario, sino cosas que, bien miradas, tienen una lógica aplastante, lo diga quien lo diga y tenga la ideología que tenga, el que lo diga. Son cosas que piensa mucha gente, de muy distintas ideologías, no por tener esta u otra ideología, sino sencillamente porque son verdad.
En cuanto a la mayor o menor solvencia jurídica de los dictámenes jurídicos de Palangana, les diré una cosa: se esfuerza, al igual que un servidor, en ser lo más solvente posible. Por supuesto que nos equivocaremos, pero lo importante como jurista es poner el mayor empeño posible en no equivocarse y, aunque seamos licenciados, es verdad que nos licenciamos hace poco y que tenemos que aprender mucho en cuestiones jurídicas. (Por lo menos en lo que a mí se refiere, es así). Ante esto, es obvio que aunque hayamos acabado la fase académica, seguimos estudiando leyes, porque obviamente estudiar es una vocación y un trabajo que tenemos que seguir haciendo, si queremos prosperar en el sentido de encontrar buena colocación relacionada con esta materia. Y creo que esto que comento de que debemos seguir estudiando aunque ya seamos licenciados, es algo que admite poca discusión. Y es algo que suscribirán muchas personas con independencia de su ideología, no por ser de tal o cual ideología, sino sencillamente, porque es verdad.