Añadiré otra frase de De Gaulle:
"Patriotismo, es cuando el amor por tu pueblo es lo primero, nacionalismo es cuando el odio hacia los demás pueblos es lo primero."
1. La tragedia que ha supuesto ese tipo de nacionalismos, es algo que salta a la vista: ahí tenemos los casos de principios del siglo XX: alemán, italiano, japonés y, en España, el nacionalismo separatista vasco, catalán y andalusí mahometano.
Obsérvese bien: en todos los casos el nacionalismo consiguió cargarse desde dentro la democracia: en la España republicana, también.
2. La lección es que no puede haber más igualdad que la legal: aquella que es consustancial a la libertad misma. Es decir: igualdad en libertad. Todo lo demás supone a corto plazo conflictos y a largo plazo, tragedia. Intente aplicarse criterios proteccionistas, por ejemplo a la libertad religiosa. "Como la religión musulmana es minoritaria, deben por ello tener más derechos." ¿Qué libertad religiosa es ésta? ¿Qué libertad religiosa es la que pretende la esperpéntica ley catalana, con el aplauso de los canallas liberticidas de siempre, como Sistach?
3. Repito una vez más: no me importa coincidir con éste o con aquel, si lo que dice es cierto. Las críticas a las Autonomías y al Estatuto son compartidas por bastante gente que no está en la onda que tú dices: por ejemplo, Boadella, Savater, creo que hoy el Times, etc. Los abusos del nacionalismo, éste sí, exacerbado y exclusivista son algo esperpéntico, también lo es el tamaño del sector público, éste sí, a todas luces monstruoso. Yo soy partidario de un sector público mucho más pequeño, por cuanto que supone menos impuestos, menos arbitrariedades, menos prohibiciones, etc. Por eso sí, soy partidario de una territorialidad más a la francesa, aunque sin tantas provincias. Eso por supuesto. No nos debe dar miedo, coincidir con según qué gente, cuando esa gente dice la verdad.
4. Repito una vez más: los políticos que defienden la Constitución, lo que defienden es el fuero procesal, el nombrar a los jueces y fiscales, el ser juzgados sólo por jueces amigos. Es decir: los arts. 124 y 159, porque son los instrumentos que les permiten destrozar las libertades desde dentro, los que les permiten forjarse mediante el caciquismo y el abuso de poder, patrimonios incompatibles con su sueldo ya de por sí demasiado elevado e inmerecido, sin tener que dar cuentas a nadie. (Y ahí tenemos el caso de Bono). Lo demás lo venden a los liberticidas, cuando éstos les dan o les mantienen el poder. Son mercenarios, no creen en nada, no vienen para nada a servir, sino a servirse. Y esta realidad no puede ser ocultada, ya que es como intentar tapar el sol con los dedos.
5. En resumen: tu discurso es el propio de alguien que ve TVE o cualquier otro medio afín al nacionalsocialismo, según el cual las desgracias nunca pasan en España. Para encajarlo bien hay que prescindir de los hechos y de paso, hacer decir a los detractores del nacionalsocialismo, aquello que no decimos.