En septiembre empiezo 5º, al principio de la carrera me compraba todos los libros y los forraba y los cuidaba como oro en paño: pensaba que que me durarían toda la vida y mi intención era empezar a formar mi biblioteca jurídica.
Pero pronto me di cuenta que el mundo del derecho es sumamente cambiante, y lo que hoy es primicia mañana está obsoleto, por lo que, aunque un manual del año pasado sólo haya cambiado en pocas cosas, te deja una sensación de inseguridad que un estudiante tipo de la uned (pasada la treintena, con cargas familiares y poco tiempo) no puede permitirse el lujo de subsanar cotejando cada ley, artículo etc... Ahora veo mis manuales de Romano, Civil etc... apolillándose sin uso alguno.
Por tanto, desde hace tiempo funciono con los apuntes que los compañeros dejan por este foro, y consulto los manuales actualizados en la biblioteca para ver qué diferencias puede haber con dichos apuntes, fotocopiando o resumiendo las partes que son nuevas.
Los manuales de Derecho (como de cualquier licenciatura) son caros, y suponen una inversión importante que no se ve correspondida con el rendimiento que se obtiene, dado que existen otras vías alternativas para disponer de los mismos.
Lo óptimo sería que cada departamento sacase en pdf sus apuntes actualizados cada curso, cobrando 5 euros por ejemplo, con lo que todos ganaríamos (el profesor seguro que más pasta de la que le deja la editorial, y nosotros tiempo y bastante dinero). Dado el desarrollo tecnológico de nuestra sociedad, es absurdo que no se fomente dicha vía.
Sólo cambiaré de opinión si algún día trabajo para una de esas editoriales tan caras o poseo de alguna de ellas un importante paquete accionarial. De lo que se deduce que las opiniones depende desde dónde se emitan, ¿verdad?.