No es una cuestión económica: es el mensaje que dan los terroristas y sus aliados nacionalistas: que ganan, que son los que mandan y que los que defendemos la libertad, la legalidad y la hispanidad no tenemos nada que hacer, mientras no nos lo quitemos de enmedio. Ese es el mensaje... Este es el mensaje de cada atentado terrorista, de cada acto vandálico de los sindicatos, de cada agresión, de cada ley absurda y de cada aparente estupidez.
Sería estupidez, si se considerara que esta gente defiende la ley, la razón, la nación española y la convivencia. Pero como no es así, es perfectamente lógico: esto es la propaganda por el hecho de la hispanofobia, un canto a la victoria de la sinrazón sobre la lógica, del terrorismo sobre la legalidad, a la injusticia del fuerte, todos son ritos y manifestaciones de una misma religión: la hispanofobia.