A nadie nos gusta la energía nuclear, pero todos la consumimos, comprandosela a otros países. A todos les molesta la intervención militar en países productores del petróleo, pero callamos por consentir que sean líderes totalitarios y dictatoriales quienes gobiernen, casualmente esos países. Todos hablan de comercio justo, y no se ponen a pensar en que países y en que condiciones se producen la mayoría de los bienes de consumo que gustosamente adquirimos y disfrutamos en nuestro estado de bienestar capitalista, del que todos despotricamos pero al que nos gusta acogernos, como una madre benevolente dispuesta a perdonarnos y malcriarnos.
Estoy cansado del así llamado socialismo de salón, que es el que practican los burgueses (y aquí extrapolo a los ciudadanos del Primer Mundo), que desde la comodidad y seguridad de su situación se permiten debatir en el ámbito ideológico y filosófico, sin aportar nada a la practica, sobre la vida de lis asalariados (extrapolo al Tercer Mundo).
Hagamos análisis de conciencia de nuestra vida diaria y real, analicemos nuestros hábitos. A algunos les es cómodo para su conciencia aportar 30 euros a una ONG y sentirse y actuar como salvadores de un mundo que a los cinco minutos seguirá sufriendo nuestro modus vivendi.
La energía nuclear es como los aviones. Es la mas segura, la mas limpia y la mas barata de las energías que a día de hoy están en condiciones de suministrar la energía que todos, incluso lis pseudoecologistas, demandamos. Es como los aviones porque es mas mediático un accidente de avión que 500 de coche. Y si, todos somos antinucleares, por la educación liberal de lo políticamente correcto. Nadie habla de los perjuicios de las centrales termoeléctricas, ni de que a día de hoy las denominadas energías limpias contaminan mas de lo que producen. No hay un desarrollo serio de esas energías limpias, simplemente aranceles para lavar la cara de la política energética occidental, que habla de contaminación y vertidos, pero lo hace en tercera persona.
Seamos realistas por una vez, y positivamente analistas.