No, pues a mí no me parece bien, ni tampoco considero a Pío Moa extremista.
Pío Moa se limita a dar su opinión y está manteniendo una controversia histórica contra veinte o treinta que se le echan encima con malos modos.
No hay error en mi título, hay más bien malicia, dolo, pitorreo y retintín, como puede comprobar fácilmente cualquiera. Yo que he seguido el debate, he podido comprobar que de las tres “acotaciones” que ha escrito César Vidal, dos sobraban. Y dos se dedicaban a insultar y no a debatir. El tercero ha sido rebatido contundentemente por Pío Moa, la réplica de César se remitía a la tercera acotación ya rebatida y volvió a ser contundentemente refutada.
Pero yo a lo que voy es a las acusaciones que ha lanzado César contra Pío Moa, de que prácticamente lo echó, cuando tuvo la polémica sobre los homosexuales, cuando lo que de verdad pasó es que Marco pidió la cabeza de Pío Moa y como no la consiguió fue él el que se fue. A eso me refiero: a introducir esas venenosas acusaciones.
En cuanto a la polémica en sí, debo decir que sobre el franquismo hay alguien que me convence más que todos los historiadores juntos: la del testigo del 11-M Francisco Javier Lavandera. Introduce ahí un alegato demoledor contra el franquismo, que a mí me convence particularmente.
Para debatir con Pío Moa no hace falta ciertamente difamarlo, basta con acudir al magnífico libro de Lavandera. Dicho esto, entiendo que Pío Moa tiene razón en bastantes cosas, pero da igual: lo peor es la imagen de que también en LD, el franquismo es anatema. Por cierto: la firma que me he puesto, viene a propósito precisamente de esta controversia.
Yo no tengo sin embargo esa concepción tan economicista del liberalismo: para mí el liberalismo es más un sistema de equilibrio de poderes, para proteger a los David contra los Goliath.