Por último, llamo a hacer una reflexión a todos los que han brindado. Piensen que han chocado su copa al brindar con los asesinos de ETA, los narcotraficantes y los corruptos, los únicos que, junto a gran parte de la derecha española, han festejado esta lamentable condena.
Es por ello que quiero manifestar mi más enérgica repulsa a toda esa gente que ha brindado junto a los asesinos de ETA y demás gentuza. Repudio total.
Esta parte es demagógica, malintencionada y un insulto a la inteligencia.
A ver: festejo la condena porque el origen de todo, la prevaricación mayor por la que nunca podrá ser condenado, pero que existe, que sin duda existe, es la de señalar a Felipe como jefe del GAL, después de hacer eso, presentarse a las elecciones con ese Felipe a quien cinco minutos antes tenía por un monstruo. Y cuando Felipe le frustra sus ambiciones, querer meterlo en la cárcel por venganza. Y sufrir España el oprobio, de ser condenada por falta de garantías judiciales, por manifiesta parcialidad de Garzón, que sí, que tenía todo el derecho a meterse en política y sustituir la división justo-injusto, por amigo-enemigo, pero no debió volver.
Y no debió volver, porque al haber arraigado en él la dialéctica amigo-enemigo, no estaba en condiciones de ejercer la judicatura, teniendo el vicio de la política ya arraigado.
No debió volver en general, pero en particular, no debió utilizar la judicatura para ese ajuste de cuentas político. Porque si está demostrado que lo hizo entonces, ¿qué nos garantiza que no lo haya utilizado más veces esa forma POLITIZADA de hacer justicia?
El problema, Joaquín, es que estás justificando el GAL judicial. Porque el GAL judicial es eso, ni más ni menos. El GAL, con G de Garzón.
Las intenciones de un juez: ¡se va de cacería con el Gobierno y procesa a la oposición! Bien hecho, mal hecho, vale, lo que quieras, pero... ¿Qué quieres que pensemos por el Amor de Dios? Sobre todo, teniendo en cuenta que ese mismo juez se manifestó contra Aznar, con lo del No a la guerra.
Que en Irak no se nos había perdido nada, de acuerdo. Pero eso es lo de menos. El hecho sobresaliente es que estaba políticamente contaminado. Si se demostró que es capaz de ir a por alguien en función de su enemistad política, (en aquel tiempo, luego se reconciliaron) no hay razón para que, habiéndolo hecho una vez, no lo siguiera haciendo más veces. ¿Quién sabe si su horror ante los niños iraquíes que morían en los bombardeos, no le predispuso en contra del partido presuntamente implicado en Gurtel, a quien culpaba de aquello?
Compárese estos dos posibles diálogos internos en la conciencia del juez.
¿Que Felipe no me nombra Ministro? ¡Se va a enterar ese tipo!
¿Que el PP apoya una guerra criminal contra Irak? ¡Se va a enterar ese partido!
Y eso es tanto como decir:
¡Qué bien me cae el PSOE de ahora! Voy a echarles una mano con lo de Gurtel Y para celebrarlo a lo grande... ¡Una cacería!
Y estaba el Fiscal del caso, el Ministro, el jefe de la Policía judicial que los iba a detener. ¿Qué vamos a pensar de ello? ¿Qué pensaría cualquiera? Y si encima, con esos diálogos imaginarios, encaja el tema de las escuchas ilegales... ¡Blanco y en botella! Lo curioso es que el TS sólo haya necesitado como argumentos, la irracionalidad de la medida y sobre todo, QUE NO CONCRETÓ INDICIOS CONTRA LOS ABOGADOS. Porque había muchos más argumentos que los que da la propia sentencia. Los hay y para aburrir.