Que Gordillo no votará a Griñán, eso fijo.
Que los afiliados de IU no quieren a Griñán ni en pintura, ni mucho menos de Presidente, también creo que es así.
Que los otros voten a Griñán, está por ver. Que la dirección de IU se atreva a desoír a sus bases, que tengan las laicas narices de pasar por encima de lo de la lista más votada, sabiendo como saben que Griñán y los suyos para lo único que quieren el poder, es para taparse... ¡Ya veremos!
No, no les va a ser nada fácil hacer un corte de mangas así de grande, a la opinión pública, a sus bases, a la soberanía popular y al ordenamiento jurídico. Saben que habrá millones de ojos mirándolos: millones de ojos que sabemos para qué quiere el poder Griñán y qué va a hacer con los papeles que le pide el juez. Me cuesta creer que IU se vaya a poner de esa forma en el disparadero, eso por un lado. Pero por otra parte, sé que estarán pensando cómo hacer para primero darles la investidura y luego, cuando hagan de las suyas, fingirse traicionados... ¡Es que los estoy calando! ¡El oráculo me lo está soplando al oído! Pero pongamos ya las cartas boca arriba: apoyar la investidura de Griñán, es complicidad con el delito, es encubrimiento y además lo saben perfectamente. Lo que es casi seguro, es que Gordillo provocará una escisión. Aquí lo de menos es el programa: el del PSOE ya lo conocemos: esconder papeles y destruir pruebas. Donde se juega el partido del Estado de derecho en este caso, es en la investidura. Investidura de Griñán es complicidad con el delito, los de IU lo saben. Y lo sabe cualquiera que haya pinchado mi enlace sobrre Griñán y los papeles. Como diría el gran jefe indio: o Griñán sí y juez no papeles, o Griñán no y juez sí papeles. Pero se entiende... ¿Verdad que se entiende? Sí, sí, sí.
¿Griñán o papeles? Se admiten apuestas.