Ni eso.
No he podido menos que esbozar una sonrisa al ver tu comentario Simple. Y tienes razón, ni la lógica, ni la pulcritud, ni la razón aplicada a las normas jurídicas, ni siquiera la estética de las formas, han continuado en nuestras leyes, ni que decir tiene del estilo, ese del que echaba en falta el maestro Lasarte y que desapareció, como desaparecieron esas otras virtudes con el derecho romano vulgar.
En la actualidad, con la inmensa proliferación de normas jurídicas me parece como si estuviéramos llegando a esa situación de degeneración legislativa en la que de las normas sólo queda la parte positiva, la que obliga, pero que son como el agua, que donde pasa moja, aunque sin calar...