Nadie menciona que esta semana no ha sido, ni política ni jurídicamente, muy favorable a los intereses separatistas.
De un lado, el gobierno británico emitió un comunicado este jueves rechazando las tesis del primer ministro escocés Alex Salmond, que sostiene que de ganar el sí a la independencia en Escocia en 2014, tanto Escocia como Reino Unido deberian presentarse como nuevos estados miembros en la UE.
Dice el comunicado británico "el resto del Reino Unido sería reconocido como un Estado que continúa en la UE, mientras que una Escocia independiente tendría que solicitar su adhesión, lo que implica negociar con el resto del Reino Unido y de Estados miembros, un resultado impredecible. Reino Unido basa su postura en una abrumadora jurisprudencia internacional y seguirá ejerciendo los derechos internacionales existentes, y Escocia debería asumir las obligaciones de un nuevo Estado."
El comunicado recoge las opiniones del presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Barroso, y de la vicepresidente, Viviane Reding, que apoyan este punto de vista, ( el compañero Alfmonti ya ha comentado los artículos de los tratados en los que los británicos basan su postura legal).
Más alla de la Unión Europa, ha habido cierto presidente autonómico que se ha llevado un portazo en las narices en Rusia. ¿Ya saben de quién les hablo?
Sin "respaldo" en Bruselas ni Moscú, las declaraciones "unilaterales" no parece que puedan tener mucho recorrido. Bueno, le queda por probar en Washington y Pekín; si el portazo es igual de sonoro, sin el apoyo de las potencias que mandan en la ONU, mejor que nadie apele a "derechos de autodeterminación", que se pensaron en su día para la descolonización en Africa y Asia.
Y es que algunos se piensan que porque se les permitan ciertas impertinencias en Madrid, que el resto del mundo funciona igual, y va a ser que no.