Pero, en fin: que yo a diferencia de muchos de los que se proclaman cínicamente “demócratas”, sí creo en la democracia. Pero no nos podemos engañar: al régimen actual, que además está en descomposición por su propia falta de virtud, no puedo defenderlo de ninguna de las maneras.
Contratos basura, hipotecas a 40 años, una falta total de libertad económica, unas elecciones absolutamente falsificadas a la soviética, o si se prefiere a lo Cánovas y Sagasta. Partidos terroristas legalizados, un medio denuncia la corrupción de los separatistas y a quien persiguen precisamente, es al mensajero.
Aparte, cuando a los terroristas los detienen de uno en uno, es precisamente para ocultar que los sueltan de diez en diez. Podría seguir ad infinitum, pero aunque sea mejor una democracia que una dictadura, no es en grado alguno mejor una democracia con la sociedad desvertebrada y en descomposición, que una dictadura con una sociedad vertebrada, una clase media y un cierto grado de libertad económica y de prosperidad.