Me temo que en la policía autónoma vasca, al igual que cualquier otra empresa, cuanto más peldaños subes, más huele a bayeta húmeda de taberna. Y más pringada está de fango y caca.
Son los mandos, los de los galones adquiridos gracias a una gran habilidad en el arte de la fellatio, amigos de secretarios, directores, concejales... los cómplices y ejecutores de estas tropelías.
La tropa, bastantes me consta, siguen sintiendo la rojigualda, por mucho que la intenten eliminar de sus puestos de trabajo.
Por supuesto hay otros tantos que se alegran de no tener que ver diariamente la enseña nacional.
El artículo 4.2 CE, junto al unicornio y los dragones, son leyendas mitológicas.