Los ministros de Economía y Finanzas de la zona del euro acordaron un rescate de 10.000 millones de euros para Chipre, pero a cambio de la ayuda multimillonaria de sus socios, el nuevo Gobierno de Nicosia ha tenido que cruzar una línea roja y aceptar una quita a todos los depósitos.
El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, informó tras más de diez horas de negociaciones que el rescate incluye “ambiciosas medidas” en el ámbito de la consolidación fiscal, las reformas estructurales y las privatizaciones, así como “acciones determinantes” para salvaguardar la estabilidad financiera.
Si un chipriota tenía 100.001 euros en el banco, le serán cancelados 10.000 por el impuesto especial, quedando su cuenta con 90.001 euros. Según las autoridades chipriotas esos 10.000 euros serán canjeados por acciones de la entidad donde el usuario tenía el depósito, aunque no se han dado más explicaciones al respecto.
El presidente Mariano Rajoy y sus ministros se han apresurado a afirmar que no habrá repercusiones en España. Sin embargo, varios expertos alertan de un posible efecto contagio del pánico y la posible retirada de dinero de los bancos por parte de los clientes. Además, esta medida crea un serio precedente y podría afectar a futuras negociaciones en pactos de rescate pendientes y dilatados como el español. Por otro lado, está por ver cómo afectará la decisión del Eurogrupo en los mercados: son muchos los que esperan una caída de las bolsas comunitarias y una subida de la prima de riesgo en países como España e Italia tras haber cruzado la Unión Europea una de sus líneas de fuego al no asegurar los depósitos de los inversores