Lo prometido es deuda, aquí va la siguiente anécdota:
Segunda semana, financiero y tributario II…recojo mi examen, me siento, lo miro...mmm… bien no parece complejo.
Primero vamos a descartar una pregunta, ¿Cuál? Me pongo hacer mi esquema, miro artículos, puff me enrollo con el primer caso y nada no me gusta, descartado, no miro el reloj…
Sigo, segundo caso, vistazo al código, primer punto chupado, segundo punto… puf…vehículo usado?? La respuesta la conozco, no, no es adquisición intracomunitaria pero… y el articulo… miro y remiro… me sudan las manos, se me pegan las finísimas páginas de código… por fin miro el reloj… oh oh, el corazón se me acelera, han pasado 45 min y ni una letra… sudo más, me entra el pánico, me planteo entregarlo en blanco y largarme ya de esa pesadilla, los nervios me bloquean, muevo una mano y… tiro la botella de agua, en vez de caer al suelo rebota contra la cabeza del que está sentado enfrente… oh oh! Lo siento, lo siento! El chico me mira mal pero sigue, pobre, no me extraña esa mirada…avergonzada y aún más nerviosa miro de nuevo el reloj, 55min, respiro, intento serenarme y en un resoplido mi carnet de la Uned sale volando…
No recojo nada, ni carnet, ni botella y me pongo a escribir como una autómata sin saber si quiera que estoy haciendo, cuando me doy cuenta, he empezado a contestar la pregunta que quería descartar, no tengo tiempo de pedir otra hoja, no se sabe cuándo lograría que me la dieran, por lo que, borrón (cuatro líneas aprox.) y comienzo a contestar la segunda pregunta de memoria, menciono los artículos que recuerdo y los que no ni los cito, no puedo detenerme en mirar el código, necesito llegar a la última pregunta aunque sea sin artículos.
Cuando me quedan tres minutos de examen y el último caso por responder vienen a mi mesa dos miembros del tribunal y me entregan muy amablemente el carnet de la Uned, miran mi reloj, miran mi examen… y me preguntan algo, no me preguntéis el que, porque no tengo ni idea, no los oigo, solamente respondo: “por favor déjenme terminar, no me entretengan me quedan tres minutos” mientras una gota de sudor resbala por mi frente.
Finalmente termino sin comprender si quiera mi propia letra, no repaso, por supuesto, entrego mi examen y me voy.
Que os parece, eso es pánico a la asignatura, eso es la presión del último examen, no del curso, sino de la carrera… ahora en espera de la nota del desastre de examen con tachones, casi sin artículos, de memoria, pero curiosamente, acertado en un 80% según he podido comprobar con la propuesta de solución del ED. (digo curiosamente porque os aseguro que no era consciente de lo que hacía, solo de que lo tenía que entregar completo fuera como fuera)