Yo hace alguno años me tuve que ir de Cataluña debido al acoso y derribo que ejercían los poderes públicos para "suprimir" el uso del castellano, las medidas que tomaron para hacer prevalecer el idioma catalán y "hundir" el castellano fueron tan efectivas que caló en la sociedad de una manera fulminante. En aquellos tiempos sí se podía hablar de imposición. Hoy en día, debido a la inmigración quizás o a un gobierno no abiertamente beligerante con el catalán, la situación se ha suavizado. Yo creo que ahora en Cataluña (y hablo a nivel social, a pié de calle) se empiezan a crear las bases para un bilingüismo más o menos efectivo. Lo demás son sólo intentos de una lucha más dialéctica que real. Yo soy de la opinión que quien conviva en un entorno, una sociedad, una cultura y una lengua diferente y no le interese nada de lo que todo eso le puede aportar siempre puede irse a otro lugar en el que las gentes, tradiciones y cultura le sean más afines. ¿Para que vivir un "régimen" de imposición? ¿Para que enzarzarse en una batalla continua, pudiendo vivir tranquilamente en otro lugar?. Si vives en Cataluña, Galicia o el País Vasco puedes aprender la otra lengua oficial y así transformar esa lucha en la que vives inmerso en una situación de normalidad absoluta y partiendo de tu realidad como persona bilingüe, luchar para que la normalización del bilingüismo sea una futura realidad. Estas luchas de los que imponen por los dos lados no conducen a nada. Las soluciones que aportan los que sólo quieren que se respete su idioma (el único, real y verdadero por la gracia de dios y el espíritu santo) hacéis menos que nada por favorecer una situación de entendimiento y convivencia en los lugares en que se hablan dos idiomas. Nada más bonito que ser bilingüe, que poder comunicarte sin presiones en ambas lenguas. No imponer una de ellas a nadie.
Pero obviamente, el victimismo y ejercer de mártir de una causa política por la lengua es más fácil.
Pues eso Lisi sigue luchando para que respeten tu idioma del mismo modo que respetas tú el de otra gente.
La situación es la siguiente: en España el único idioma oficial es el castellano; en las comunidades autónomas con idioma propio, el castellano lo es obligatoriamente (debes conocerlo y tienes derecho a usarlo) y el idioma de la CA es obligatorio sólo y sólo si así lo reconoce el correspondiente Estatuto de Autonomía. Luego, si la UNED es un órgano instrumental de la administración nacional, el único idioma oficial que debe y tiene derecho a usar es el castellano. Así de simple.
Otra cosa es que como tú propones, "si vives en Cataluña, Galicia o el País Vasco puedes aprender la otra lengua oficial y así transformar esa lucha en la que vives inmerso en una situación de normalidad absoluta". Claro claro, no me impongas el castellano que sí es obligatorio que conozcas y que tengo derecho a usar y aprende tú el catalán, gallego o vasco. Muy coherente, síiiiiii señor.
La cuestión aquí es la siguiente: a los provincialismos (no son nacionalismos porque no tenéis Nación) os interesa el juego de los idiomitas y la "normalización" (más que nada porque os dejáis arrastrar por politicuchos provincianos que el único mérito que tienen es apellidarse Llorente, Puig, etc.). Así podéis controlar quién trabaja en Galicia/Cataluña/País Vasco, quién va a ser juez en Galicia/Cataluña/País Vasco, quién va a ser empresario, quién va a recibir subvenciones... y vuestros políticos se garantizan la reelección per secula seculorum. Ese es el único y exclusivo fin para el que los provincianos catalanes/gallegos/vascos usáis el idioma co-oficial. Todas las demás justificaciones del tipo "es que es un idioma oprimido por los perversos nacional-españolistas" y "es un idioma que lo usan 100 millones de personas" son burdas mentiras.
Al final os daréis cuenta de vuestro tremendo error. Cuando vuestras prósperas administraciones (con 25 mil traductores, intérpretes, impresos bilingües...) no tengan dinero para mantener toda la maquinaria provincialista, os veréis obligados a buscar trabajo en otras provincias, como ya ocurrió antaño. Y entonces veréis lo limitados que estáis. Mientras tanto disfrutad de vuestra limitación y no saltéis la alambrada, no vaya a ser que os dé un patatús al descubrir cuál es la realidad, no la que os pintan los politicuchos provincianos.