¿Y la ley de correspondencia no se aplica en este tema? Si yo, cristiana, viajo a Irán me obligan a cubrirme antes de salir del avión, porque si no lo hago, no me dejan salir de él. Ni siquiera te preguntan si te lo quieres poner o no. Es una obligación y si no la cumples, violas la ley del país. A sensu contrario, ¿por qué entonces aquí también se pretende imponer aunque sea sólo a las mujeres musulmanas? Yo respeto a quien, voluntariamente, lo quiere llevar, pero también me gustaría, como mujer, que en todos los países musulmanes se respetara el que yo no quiera ponerme el dichoso velo y eso ellos no lo hacen.
Tuve la suerte de tener compañeros de instituto, muchos de ellos judíos, que no se asustaban ni les molestaba en absoluto el crucifijo que colgaba de la pared en todas las aulas. Se dedicaban a estudiar y a respetar y eran respetados. Supongo que es una cuestión de inteligencia espiritual.
Quizás, el hecho de que quieran imponer a toda costa, no sus costumbres, sino su intolerancia, tropieza con la misma moneda: la intolerancia. Si uno respeta y no impone, acaba siendo respetado y aceptado.
Por cierto: ¿acabarán exigiendo que las españolas nos cubramos con el velo para no incomodar a los señores musulmanes que pretender pisotearnos como mujeres en nuestro propio país? Esto lo entenderán mejor las mujeres que viven en barrios con mucha inmigración y que tienen que cruzarse con según quienes. Y como siempre, gracias a Dios o a Alá o a Yaveh, o a quien sea, siempre hay benditas excepciones que confirman que la humanidad y el sentido común es lo más importante para convivir.