¿Por qué no tiene derecho a quejarse el funcionario?
Yo estoy a favor de un sistema de fiscalización del trabajo, en todos los niveles jerárquicos e independiente de la administración que se fiscalice. Por culpa de unos pocos "gandules" como bien decís, a los demás se les tacha de lo mismo.
Pero eso no os da derecho a generalizar y meter todos en el mismo saco. Que es a lo que juega estos gobiernos poniendo en el centro de la diana mediática a este colectivo como partícipes en la responsabilidad de esta crisis.
Por cierto, no se suprimió una paga extraordinaria. Como todo en este país, la prensa cuenta los que le viene en gana, o lo que les inducen a contar.
El sueldo del funcionario está dividido en catorce pagas, en lugar de tener el sueldo prorrateado en doce pagas. Es decir, no hay pagas extraordinarias. Esa paga no se corresponde con un extra en concepto de productividad, dedicación al servicio, o como lo quieran hacer creer. Es, en toda su esencia, parte del sueldo anual. Ergo, la supresión de la paga de diciembre, fue una bajada salarial in extremis, efectuada fuera de los cauces normales habilitados para ello, añadida al ya porcentaje de reducción aplicado sobre el salario ese mismo año.
Por lo que, el modo en el que se efectuó, mediante Real Decreto, habiéndose devengado ya parte de la misma, puesto que el RD salió en agosto, y desde junio se comienza a devengar la paga de diciembre, fue en toda regla una cercenación de los derechos de este colectivo. Y de hecho, numerosas sentencias han ido dando la razón a los que se embarcaron en el largo y tedioso proceso contencioso-administrativo..
La primera devolución que se realizó, se debió, a mi parecer, a una maniobra política para adelantarse al cúmulo de sentencias que se preveían iban a ser resueltas en contra de la Administración.
Las posteriores que se van a realizar, se corresponden a una maniobra política para intentar recuperar votos ante una previsión de resultados poco agradable para el gobierno actual.
No se trata de debatir sobre el bien y el mal. Ni de generalizar. Ni todos los funcionarios son gandules, ni todos los del sector privado están en la economía sumergida.
Simple y llanamente, se trata de exigir unos órganos de fiscalización que estén a la altura. Y que éstos no se conviertan en "compañeros de triquiñuelas" para intentar llevárselo caliente al bolsillo.