Precario para ti. Para mí sería al contrario, ya que los sindicatos dejaría de centrarse en hacer fijos y se centrarian en pelear por mejorar los salarios.
Pues si un hombre de 60 años no está para trabajar en una obra es lógico que venga uno de 20 y lo desplace, se le paga su indemnización y ya está, que está no va a desaparecer ya que será proporcional a los años trabajados. Pero desde luego prefiero a los jóvenes manteniendo a sus mayores que al revés como esta pasando ahora.
El contrato único beneficia tanto a la empresa competitiva como al trabajador competitivo, al que no beneficia es al trabajador vago y a la empresa de amiguetes que premia al vago amigo antes que al trabajador productivo, estas empresas que hacen fijos a 4 trabajadores y utilizan a los eventuales casi como esclavos utilizando la amenaza de la no renovación de contrato para suprimirles derechos reconocidos por ley, ya que si los reclamas simplemente no te renuevan contrato ni te vuelven a llamar.
Si, que se vaya a la calle a ver que trabajo encuentra a su edad, y teniendo en cuenta que le faltan 7 años para jubilarse. Vamos sí, le va a quedar una jubilación cojonuda.
Yo también prefiero a los jóvenes manteniendo el país pero no a costa de joder el contrato fijo, para aumentar los beneficios de las empresas. Porque oh sí, el contrato único es la palabra mágica que enarbolan las organizaciones empresariales como sinónimo de aumentar beneficios. El contrato único abarata el despido de todo hijo de vecino.
El contrato único incrementaría de facto la dualidad, al convertir en legal y hacer más fácil y más barato tratar a todos los contratos como ahora se hace ilegalmente con los temporales. La propuesta consiste en que no haya más que un contrato de trabajo igual para todos, como si todos los trabajos fueran iguales y todos los trabajadores fueran a ser tratados por igual en las empresas por el hecho de tener un mismo contrato. No se dejen engañar: aunque les ofrezcan un mismo contrato, no van a obtener una misma consideración ni estabilidad en el empleo si a la empresa no le interesa. Al contrario, con el contrato único muchos más trabajadores pueden ser más precarios aún, y ya es decir, porque lleva aparejada la reducción de las indemnizaciones por despido. Y si no fuera así, que lo desmientan. Por eso señaladas instituciones internacionales y economistas poco proclives a reforzar los derechos de los trabajadores, apoyan decididamente el contrato único. Con la ventaja de que, aunque no reduciría la dualidad, sí que la encubriría, dado que desaparecerían de las estadísticas las diferencias entre temporales e indefinidos: todos parecerían iguales.
En España, de hecho, las empresas hacen contratos temporales para todo trabajo sea o no sea temporal, aunque eso es ilegal. Y esos contratos temporales los rescinden cuando quieren aunque no existan razones para ello. Lo cual también es ilegal: la normativa de despido establece que no se puede despedir a un trabajador temporal cuando uno quiera y sin que la causa que originó la naturaleza temporal del contrato haya finalizado (art. 8 RD 2720/1998). Luego no es que haya un muro que impida que los empresarios conviertan en indefinidos los contratos temporales. Es que, primero, nunca debieron hacerles un contrato temporal porque si el trabajo no lo es, se trata de un fraude. Segundo, como el trabajo no es temporal, el hecho de que no se les regularice la situación y se les haga un contrato indefinido es un segundo fraude. Y, tercero, la extinción arbitraria del contrato es también un tercer fraude.Estamos, pues, ante una situación de fraude de ley generalizado en el uso de la contratación temporal. Un fraude tan extendido, que se beneficia de tal permisividad, que dispone de tan pocos instrumentos legales para corregirlo, y que ha durado tanto tiempo (más de un cuarto de siglo), que ya casi nadie recuerda que simplemente se trata de una conducta ilegal. Y que, por lo tanto, el problema (el “muro”) se resolvería si se restituyera la utilización legalmente adecuada de los contratos temporales. Y eso no pasa por el contrato único, que viene a legalizar lo ilegal y a convertir los contratos indefinidos y la precariedad en ley para todos.
Es el elefante en la habitación: todo el mundo sabe que está pero nadie quiere hablar de él, de que simplemente se trata de un fraude. En vez de solucionar el problema atajando ese fraude, el contrato único incrementaría de facto la dualidad, al convertir en legal y hacer más fácil y más barato tratar a todos los contratos como ahora se hace ilegalmente con los temporales; es decir, contrate usted como quiera, porque ya no existe distinción según las características del trabajo entre temporal y no temporal, y despida barato y cuando le parezca, porque el coste del despido en el contrato único, aunque creciente, es en los primeros años el mismo que actualmente tienen los contratos temporales, lo que permitirá despedir exactamente como ahora se hace con los temporales. En lugar de este subterfugio interesado, ¿no sería más lógico –e incluso más sencillo- adoptar medidas de verdad eficaces para que los contratos temporales se utilicen como señala la ley? Si fuera así, se reducirían drásticamente la tasa de temporalidad y la dualidad, porque no habría más empleo temporal que el verdaderamente exigido por las actividades temporales.
Esto es lo que pasa en todos los países de nuestro entorno. No existe ese grado de fraude general en la contratación temporal.
De hecho ni un sólo país en el mundo tiene el contrato único. Cosa rara siendo tan bueno. Y sus tasas de temporalidad no son, ni de lejos, tan elevadas como las españolas, incluso teniendo en cuenta que sus legislaciones e indemnizaciones por despido en los contratos indefinidos son más severas que las nuestras.
La pregunta es por qué no intentamos parecernos a los demás países europeos haciendo que la ley sea eficaz y se cumpla, en lugar de inventarnos subterfugios con los que legalicemos el incumplimiento y consolidemos la dualidad laboral de forma encubierta. Estudios empíricos (Toharia y Cebrián) muestran que las empresas utilizan el fraude de ley en la realización de los contratos temporales, y en la rescisión de los mismos, más intensamente cuanto más baja es la cualificación de los trabajadores que van a contratar, y son por lo tanto más prescindibles. Este comportamiento, que permite a tantas malas empresas aprovecharse fraudulentamente de la inestabilidad laboral y de la rotación del empleo, no cambiará con el contrato único, porque precisamente el contrato está diseñado para permitir que se continúe haciendo igual que ahora, pero ya siendo legal.
Además la indemnización por despido en el contrato único los dos primeros años es de 14 días por año trabajado, acompañados de una subvención del 100% de la cotización de la seguridad social a la empresa que contrate para el primer año, y del 50% para el segundo. ¿Me puedes decir que va a provocar eso sino una oleada de despidos antes de sobrepasar la frontera de los dos años trabajados? Va a ser cojonudo para el empleo en España, tener que ir al paro cada dos años sin nunca alcanzar la estabilidad.
El contrato único supone dejar vigente un único contrato, el temporal y con las condiciones de este.
¿Realmente va a acabar con la dualidad, o va a generar en toda la población las maldades de los contratos indefinidos? Pues eso, un timo vendido con buenas palabras, que así entra mejor, y sin vaselina...
Para acabar con la dualidad de este país lo que hay que hacer es tomar cartas en el asunto y no permitir que haya fraude de ley con la temporalidad, ahí es donde hay que meter mano.