Me sorprende la parquedad de tus últimas intervenciones. Creo que viene derivada del arrepentimiento que has sentido tras redactar de determinada manera la respuesta que me diste al “caso práctico” que planteé.
No te conozco. Bajo tu nick se afirma que eres Licenciado en Derecho. Leyéndote me ha parecido estar frente a un teólogo-ideólogo de la Conferencia Episcopal Española. Es más, lo que pienso es que incluso pudieras ser destacado miembro del Opus Dei. Esa posibilidad -por supuesto- a mí me da igual... En cualquier caso, te daré mi opinión respecto al aborto.
En la primera respuesta que me diste, hablabas como si una especie de “comisión de expertos” tuviera que decidir sobre la continuidad o no del embarazo. Dicha “comisión” decidiría o bien practicar un aborto, o “ejecutar” a la embarazada obligándole (literalmente) a continuar el embarazo. Totalmente esperpéntico. Hablabas de “disyuntiva”. Habría que decidir quién (hijo o madre) tendría más posibilidades de sobrevivir. Jugando así a ser, además, adivinos. Espeluznante. Es lo que has dicho: ¡lee tus frases!
En Ginecología no hay “disyuntivas”. No hay una madre y un feto. No. Hay una gestante. Hay que cuidar de ella considerando que está gestando. Es una sola persona. No hay dos. Repito: ¡una gestante! En alguna intervención tuya he visto que te refieres al feto como a “persona humana”. No, no, no. Un embrión es un embrión, un feto es un feto y una persona es una persona. Empleemos bien el lenguaje, que para eso está. Un feto no es una persona, por mucho que esté “cargado de vida”.
Creo firmemente en la libertad. Me preguntas si acaso una ley no es general. Claro que lo es. Y es que en mi opinión no deberían existir leyes que regulasen el aborto. Es más, habría que despenalizarlo completamente. Sacarlo del Código Penal. Y permitir que la mujer decida qué debe hacer en cada caso. Eso no quita que si me relatan el caso de alguien que ha abortado, puede suscitarme mejor o peor opinión. Pero eso serían consideraciones morales y/o éticas que yo podría tener. Creo que las leyes no deben impedir que la persona adopte determinada postura en un momento concreto de su existencia. Es su hijo, es su vida, es su decisión. Y no vayas a decirme que tolerar algo así es permitir un “asesinato”, porque no-es-un-asesinato. Es un aborto.
Un saludo