Pregunta de test (marque solo una respuesta):
A.- Danielo no ha cogido tantos libros. Si fuera así no escribiría "contradecido".
B.- Danielo y Amediocaminodenada son el mismo burro iletrado con distinto nick.
C.- Las dos anteriores son ciertas.
Nada nuevo dentro de la tónica de anormalidad que corroe sus intervenciones. Pero quién siempre insulta no ofende jamás, pues no tiene capacidad para ofender quien no sirve para nada más. Fantasmada pura para ocultar su traslucido seso.
Perdóneme su indigente intelectualidad por alterar el participio y escribir contradecido en lugar de contradicho. Los que hemos leído bastantes libros y rompemos la barrera del papel en blanco con nuestras palabras, para crear mundos de la nada, solemos saltarnos las normas, porque encorsetarse rompe la creatividad. Yo soy bastante dado a escribir por placer como ejercicio de libertad absoluta, dentro de una corrección y estilo que se ven a simple vista y son palpables para cualquiera que lea mis intervenciones. Que curioso que siempre sean los gramáticos sin estilo ni oficio en la escritura los más conservadores, y los escritores que usan el lenguaje como único material de su arte sean más liberales y rompedores. A mi me gusta como suena a nivel fonético " ha contradecido" porque se asemeja más contradecir, y contradicho me suena demasiado repipi. Me importan tres zurraspas y media si es o no correcto. Como no estamos en el colegio, y puedo hacer y decir lo que me salga del nardo, seguiré escribiendo como mi santo cipote dicte.
Métase a monaguillo de la palabra y adore su virginidad impoluta con túnicas blancas y limpitas. Yo soy más de enfangarme en el lenguaje para que nos endilguemos algún que otro manporro mutuo. El y yo, follando con la palabra sin marcha atrás, o acariciando las letras en un eterno retorno al comienzo de cada frase, con el único límite que marca un folio en blanco.
Aquí le dejo unos fragmentos de una entrevista a Gabriel García Marquez que ilustran mi manera de pensar sobre la escritura, por si quiere aprender algo:
«También dije que humanicemos las leyes de la gramática. Y humanizar, según el mismo diccionario, tiene dos acepciones. La primera: 'hacer a alguien o algo humano, familiar o afable'. La segunda, en pronominal: 'Ablandarse, desenojarse, hacerse benigno'. «¿Dónde está el pecado?», se pregunta.
«Si cometo pocos errores gramaticales es porque he aprendido a escribir leyendo al derecho y al revés a los autores que inventaron la literatura española y a los que siguen inventándola porque aprendieron con aquellos. No hay otra manera de aprender a escribir»."
«
La raíz de esta falsa polémica es que somos los escritores, y no los gramáticos y lingüistas, quienes tenemos el oficio feliz de enfrentarnos y embarrarnos con el lenguaje todos los días de nuestras vidas. Somos los que sufrimos con sus camisas de fuerza y cinturones de castidad. A veces nos asfixiamos, y nos salimos por la tangente con algo que parece arbitrario, o apelamos a la sabiduría callejera».
Por seguir con el formato. Pregunta tipo test:
¿Cuál es el problema de abogado M?
A) Tiene algún tipo de filia sexual con la gramática, y rozarse con la gramática será lo más cerca que estará de que alguien le sacuda su microscópica selva sin árbol.
B) Tiene problemas de autoestima y necesita reconfortar su disminuido ego intentando atizar con palabras vacías lo que no puede alcanzar con argumentos.
C) Abogado M tiene el problema de que se le cojitranca su deforme y diminuta compañera cada vez que se mira al espejo, y se quiere tan poco que odia a todo el mundo, por lo que se dedica a entrar a foros con el único objetivo de insultar.
D) Todas son correctas y mucho más, pues la realidad siempre supera a la ficción.