IUS ¡qué alegría verte!
Pero... ¿qué te pasa en los ojos? Deberías ponerte un colirio de esos que anuncian en la tele. Yo los uso y me va fenomenal. A las pruebas me remito
El Relativismo:
Obviamente nuestro pensamiento se forma, cambia y evoluciona según haya sido la formación recibida, las experiencias vividas, nuestros propios razonamientos... Yo antes creía en la existencia de normas de Derecho Natural, pero ahora pienso de otra manera.
Veo preciso contar una anécdota, para explicarlo:
A petición de sus padres, un amigo mío (Médico Psiquiatra, especializado en Salud Mental Infanto-Juvenil) y yo, estuvimos un rato con un niño de 3 años y medio. Él afirmaba, tras jugar con el pequeño y observarle un rato, que no había nada de interés en su comportamiento, que todo era “normal”. Fuimos al parque, donde había muchos otros niños. El chiquillo se puso a pelearse a la primera de cambio. Cuando yo le hice notar a mi amigo que el niño parecía mostrar cierto comportamiento agresivo y antisocial, se quedó tan tranquilo y me preguntaba en plan algo pasota: “¿Y qué?”. Yo estaba pensando que con tanta psiquiatría, el que andaba algo loco era él. Me impacientaba no comprender lo que quería decir. Se sonrió después de “adivinar” que el niño no había ido a la guardería y aún no estaba escolarizado. Es muy vocacional y la verdad es que era toda una gozada ver cómo miraba a todos aquellos niños con cara de “bobo”. Pero a esas alturas, servidora ya estaba un poco histérica, sobre todo porque aquel “pequeño príncipe” repartía mamporros a diestro y siniestro, sacudía a todo el que se acercaba e incluso le había escupido en la cara a otra niña. Total, que le dije: “Pero vamos a verrr ¿me vas a explicar algo? Porque ¡no comprendo nada”. Me miró, y comenzó a hablar parsimoniosamente, sin perder la compostura ante mi impaciencia: “Todos los cachorros hacen esas mismas cosas: se pelean, miden sus fuerzas, marcan su territorio, se decide quién es el más fuerte... No hay nada negativo en ello. Todo es lógico. Pero a partir de ahora es necesario que él (nuestro travieso protagonista) aprenda normas de comportamiento que nosotros no podemos enseñarle. Sólo las aprenderá relacionándose con otros niños de su misma edad...”
Me quedé perpleja porque me puse a pensar seriamente en ello, a un nivel más amplio. Y debí poner cara de gilipollas, porque a esas alturas mi amigo me miraba como si estuviese viendo a una marciana. Entonces viví lo que yo llamo mi “momento especial” (“momentus especialis” para los más cultos). Fue como si estuviese “iluminada”, ¡del mismo modo que algunos grandes filósofos del pasado! Pensé:
- “¡Ajajá! ¡Esto va a ser que la (puta) SOCIEDAD es la que lo moldea TODO!”.
Seguí pensando un rato. Al poco me quedé dormida...
Os contaría mis sueños, pero no quiero aburriros…
Saluditos
