A mí,
miles de fallecidos no me hace ni puñetera gracia.
Yo no he expresado eso. He dicho y creo que es claro que cuando las víctimas son miles pasan a ser desde cualquier ejecutivo, simples dígitos que se convierten en estadística y no me estoy refiriendo al ejecutivo español únicamente. También estoy diciendo que esto es diferente a la percepción de los allegados o de parte de la sociedad, pero desde la percepción que muestran todos y cada uno de los ejecutivos mundiales son dígitos. Tampoco digo que no les afecte, que no estén haciendo lo que crean correcto para disminuir esos dígitos, pero son eso.
En la batalla de Somme, por referirme a algo lejano en el tiempo, morían una media de 20.000 personas en un solo día. En una hora murieron más de siete mil británicos.
Para los ejecutivos tanto aliados como del bando alemán, los caídos eran números, hoy preferimos usar el concepto dígitos y se resumía en estadísticas.
Cuando se da la orden hoy y mañana de asaltar un bunker de ametralladoras, se sabe en estadística que morirán muchos y que la única forma es tomarla de frente corriendo hacia ella, si no hay apoyo de artillería y aviación, y, aún con esta las víctimas serán numerosas. Y nombro esto por no hablar de algo más próximo como la batalla del Ebro, en la cual los mandos mandaban batallones, tras batallón al desgaste, asumiendo sus muertes para el objetivo final.
Que ningún país adoptó las medidas necesarias que acordaron después de la última pandemia que fue frustrada, pues no lo hizo ningún ejecutivo. Que nuestro sistema de salud y asistencia no es algo que falla desde ahora sino viene de atrás también, que mucha gala gestión por el ejecutivo actual, eso es indudable. Pero en síntesis, es y terminará simplemente en dígitos de estadística.