Bueno, la verdad es que la TDT ha traido un cierto cambio en el panorama político-mediático.
La parte de regeneración política viene un poco por el efecto López, ya que el dinamismo de parte de la sociedad vasca, ha posibilitado un cambio. Hay que decir que, ha sido la presión extrema de la tiranía nacionalista, la que ha producido un despertar tal, que PSOE y PP no parecen esa cosa entre corrupta, turbia y claudicante que son habitualmente. Algo que en parte se debe a que en la televisión, en el panorama de la TDT se ha dado un poco de voz a gentes marginadas, perseguidas y maltratadas por la arbitrariedad de los políticos y, bueno, pues se han puesto sobre la mesa unos hechos nuevos y una labor de denuncia a este régimen agotado: con sus abusos, sus inoperancias, sus despifarros, la jeta tremenda que tienen los políticos, etc.
Y en segundo lugar, se ha puesto sobre la mesa, delante de la televisión, todas las incongruencias de Bermúdez en la sentencia del 11-M, se ha hecho una labor de denuncia sobre los atropellos de Garzón, se ha puesto de manifiesto el abuso del juez Del Olmo cuando exigió aquellas fianzas desproporcionadas a dos policías honestos, que finalmente han sido absueltos, etc.
Una pena que estas elecciones no sean para echar o no a los caciques locales, regionales o nacionales.
Y es por su intranscendencia, por lo irrelevante del evento, por lo que puede producir sorpresa los carteles maniqueos con los que el PSOE está empapelando las calles, con cosas como que Mayor Oreja va a meter una jornada de 70 horas, o que Vidal Quadras es traficante de esclavos y cosas por el estilo. Y todo este denigrante espectáculo para obtener o no cifras anecdóticas, como el diputado 27. ¿Y por qué los políticos están dando todo este espectáculo, simplemente por obtener un número más o menos bonito, sin que realmente se juegue nada la gente en estos comicios?