Las víctimas del franquismo: "El Supremo aplica la justicia al revés"
Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, que llevó la causa contra el franquismo al juez Garzón, recordó ayer con amargura que, mientras los jueces "se pelean" para decidir quién es competente, "los familiares de las víctimas, los que tienen a los suyos en las cunetas, se mueren sin haber obtenido justicia".
La conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM) bendijo la decisión del Supremo. "Garzón no tiene más derechos que el resto de los ciudadanos", manifestó su portavoz, Antonio García, informa Europa Press.
El Foro Judicial Independiente opinó que había razones "suficientes" para admitirla, aunque el Supremo vaya a tener "complicado" demostrar que Garzón prevaricó, en palabras de su portavoz, Conrado Gallardo.
La asociación Francisco de Vitoria se mostró "sorprendida" con el Supremo. "Se trata claramente de una querella de tintes políticos", declaró su portavoz, Marcelino Sexmero, quien considera que se archivará porque es "una exageración" pensar que Garzón prevaricó
También estaba desconcertada la progresista asociación Jueces para la Democracia. "Me sorprende porque las decisiones de Garzón ya habían pasado muchos filtros en la Audiencia Nacional", recordó su portavoz, Miguel Ángel Gimeno, para quien la querella del sindicato ultraderechista Manos Limpias "no se ajusta a la realidad"
Emilio Silva, portavoz de las miles de familias que acudieron a Garzón para pedirle que investigara la desaparición de los suyos, describió la decisión del Supremo como "la justicia al revés". "Algo falla si prevaricación es decidir investigar delitos tan graves. ¡El castigo debería ser para quienes se negaran a hacerlo!". Aún así, Silva considera que la decisión del Supremo puede ser "una oportunidad". "Garzón podrá explicar sus motivos y demostrar que hizo lo correcto".
Los abogados de las asociaciones de familiares personadas en la causa emitieron ayer un duro comunicado contra la decisión del Supremo, que a su juicio, pretende que se olviden los crímenes del franquismo, es decir, "despreciar a las víctimas que dejó en las cunetas", y "socavar la independencia y el prestigio de Garzón". Añaden que la querella, "una medida de presión absolutamente rechazable", carece "de todo fundamento jurídico".
Con casi veinte denuncias o querellas de lo más variopintas, ha perseguido Bernard a Garzón: por imprudencia en el embargo de herriko tabernas; por escribir en El País o entrevistar a Felipe González; por participar en un "mitin" contra la guerra de Irak o por filtrar el informe médico de Augusto Pinochet. Ni tanto que justicia al revés. Vivimos en un país donde no se condena una dictadura y no se repara a las víctimas y se denuncia a quien lo investiga. Genial. Seguid con vuestras consignas fascistas, igual alguno hasta pertenece al grupo de Blas Piñar, quien sabe