Os copio el siguiente recorte de hace unos días:
El Tribunal Europeo de los Derechos Humanos de Estrasburgo (Francia) ha declarado la presencia de los crucifijos en las aulas "una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones" y de "la libertad de religión de los alumnos".
La sentencia responde al recurso presentado por Soile Lautsi, una ciudadana italiana de origen finlandés, que en 2002 había pedido al instituto estatal italiano en el que estudiaban sus dos hijos que quitara los crucifijos de las clases.
Después de numerosos intentos fallidos ante los tribunales italianos, la mujer decidió recurrir a la corte europea de los derechos del hombre, que declaró la usanza italiana de exponer un crucifijo una violación de los derechos fundamentales.
Ahora, el Gobierno italiano deberá pagar a Lautsi una indemnización de 5.000 euros por los daños morales sufridos. Además, se trata de la primera sentencia que la Corte de Estrasburgo emite en materia de exposición de símbolos religiosos en las aulas.
Creo que no se trata de destruir la cultura, ni la religión, ni nuestra historia, ¡ménudo disparate¡ Se trata de desvincular de los lugares públicos una sola religión. Precisamente porque la sociedad es plural, y los lugares públicos y los sitios oficiales representan la colectividad, y la colectividad no es una sola religión, sino muchas. Veo totalmente compatible la aconfesionalidad con la no vinculación del Estado a los símbolos cristianos, porque aconfesionalidad es precisamente eso, y si usted no lo cree, mírelo en el diccionario. Debe prevalecer la libertad religiosa y la libertad de educación, (derechos fundamentales), y no lo digo yo, ya lo dice el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos. Y quizás si la jurisprudencia del Tribunal Europeo lo dice así, sea la oportunidad de adaptar la Constitución a los tiempos que corren, al siglo XXI, ojo, no para impedir la religión, sino para que cada uno sea libre de elegir su propia religión, si es que la quiere elegir.