El Supremo condena a Pedro J. Ramírez por decir que Garzón "interroga como un nazi"
El origen de la querella está en las informaciones publicadas en otoño de 2006 en torno a la imputación decretada por el entonces juez Garzón de tres peritos de la Policía durante las investigaciones del caso del 11-M, donde se utilizaron las referidas expresiones.
En su sentencia, el Supremo señala que los jueces y magistrados "están especialmente protegidos frente a las informaciones inveraces o innecesariamente vejatorias" pues "no pueden ni deben replicar a las críticas que reciban por el ejercicio de su función jurisdiccional ni, en general, hacer declaraciones sobre los asuntos judiciales en los que estén interviniendo o vayan a intervenir".
El tribunal entiende que la relevancia de los asuntos del 11-M y de la propia figura de Garzón podrían justificar las críticas y las noticias del periódico. Pero, a renglón seguido, subraya que tales informaciones y los comentarios editoriales "rebasaron los límites constitucionalmente protegidos de las libertades de expresión e información para constituir una intromisión ilegítima en el derecho al honor ajeno, toda vez que no se guardó la debida proporcionalidad en su emisión y que se hicieron acusaciones de actuaciones poco dignas del demandante, contrarias a la imparcialidad judicial e incluso delictivas, todas ellas no demostradas, cuya formulación, aún con carácter hipotético, considera la sentencia que es innecesaria para los lícitos fines de informar y criticar".
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