El momento presente dista mucho de los objetivos anteriores donde lecturas atentas de Marx, Bakunin, y otros, o de movimientos libertarios inspirados en la igualdad dieron paso a revueltas que se vieron rápidamente extinguidas por su propio peso. En nuestros albores ¿quién no ha sido algo revolucionario?
Poco a poco, esos impulsos, no carentes de cierta lógica, se ven deglutidos por una realidad patente, no imaginaria, cual es la propia sociedad y la consiguiente propiedad privada.
¿Qué es la sociedad?, lo sabemos, pero en síntesis es la conjunción de todas nuestras realidades enfocadas en una meta común, la supervivencia, la forma de una vida mejor, para nosotros, los nuestros y nuestro entorno.De esta conjunción podemos sacar la conclusión de que el “mio-mio”, la propiedad individual, es el primer paso específico que se tiene en cuenta, razón por la cual, ideas como las comunistas cayeron en una falta total de aplicación y en el más completo olvido.
Propiedad y forma de vida mejor, van íntimamente ligadas al desarrollo-recurso natural. Se forja el objetivo, se derogan los absolutismos mediante la fuerza del pueblo y nos encaminamos hacia un futuro que esperamos sea mejor.
¿Herramientas, instrumentos, medios para la consecución del fin?
Nosotros mismos: inteligencia, voluntad y trabajo.
La especialización es el un punto fundamental en la materia que ahora verso. Siempre recordaré lo que me decía mi padre cuando empecé el bachillerato: “Una sola cosa te pido hijo mío, lo que hagas, hazlo bien”, y…, “Todas las profesiones son dignas”. En definitiva, todos somos imprescindibles, si no lo que queréis tomar por el lado subjetivo, hacedlo por el objetivo (profesional).
¿El por qué de todo esto?
Si partimos de la base que el modelo de sociedad que tenemos es el que libremente hemos elegido y estamos en él porqué no hemos encontrado otra forma de desarrollarnos, hemos de partir de la base que somos iguales pero no lo somos. Reitero, la especialización, el esfuerzo, incluso nuestros orígenes, juegan una baza importante en nuestro estatus societario en el sentido material.
Un reparto igualitario de los bienes es imposible, yo he llegado a esa conclusión y creo, que es necesario para que todo esto siga adelante. ¿Mayor proporcionalidad de sueldos en algunos sectores, sobre todo de servicios? SI.
De hasta dónde quieran llegar las personas, la cantidad de trabajo que se impongan, el grado de responsabilidad o de exposición en el riesgo, es cosa de cada uno. Por esto nace el mercado libre, y nacen las desigualdades en materia de sueldos.
Por esto, dependiendo de los factores descritos, no cobrará lo mismo una persona que otra, todos merecemos el mismo respeto, pero no es lo mismo que yo calculé la resistencia característica de un pilar que sostendrá un casa a que otro barra, ya que considero que yo también barro (es un pequeño -ejemplo significativo-, corregidme si me equivoco ya que, tal vez intelectualidades ajenas a mi conocimiento piensen que esto no es justo, y por supuesto, me gustaría saber que no ocurre).
Ya, por fin, el Legislador nace de la confluencia de intereses individuales de nuestro núcleo societario. Nuestra gran célula necesita de la llegada del Contrato Social y de la División de Poderes para que sea garante de que se podrá ejercitar, a cambio de una parcela de libertad individual, el libre ejercicio de todos los derechos con un estamento que los protegerá de cualquier tipo de agresión, y en la división, la implantación de los partidos políticos. Ideas de pensamientos o intereses comunes asociados en estos entes.
Frente a ellos ¿dónde nos encontramos? Nos hemos enraizado en un bipartidismo claro, Sevilla-Betis, que no creo que sea esclarecedor de la verdadera posición del pueblo español, es más bien la única alternativa que se nos ofrece.
Para más INRI, este emplazamiento se ve privado de frescura, está anclado en el pasado y tal vez por cabezonería, unos se coloquen aquí y allá por inercia, no por convicción. ¿Qué provoca todo esto? Una rueda de molino.
¿Creéis sinceramente que no anhelamos un partido nuevo y fresco? Yo creo que sí. Nuestros antecedentes históricos proclaman un reciclaje en una versión renovada, donde parte de la izquierda tenga cabida con parte de la derecha y que el resto, sean los extremos, los odios, los fantasmas del pasado, y todo ese largo etc.
Si nos posicionamos en un lado u otro, no habrá suave brisa, no tendremos un futuro renovador, volveremos al “Naufragio de Medusa”. Más si lo hacemos, que sea garante de libertad al expresar nuestras opiniones, que no se vean mediatizadas por su lado, de no ser así serán pura y dura vanidad, esquivemos las firmas sectarias. Que nuestra literatura política-jurídica sea más independiente, que aporte todas las realidades coetáneas, que esgrima el tripartito ideal: pluralismo, imparcialidad y democracia. Que si tenemos que hacernos cargo de la hemeroteca histórica sea para sopesar bajo ese empirismo la conducta apropiada a seguir, no lo sea para tirarnos los trastos a la cabeza.
Desde la cocina de mi casa os digo que entré hace tres años aquí, y que no volví, no por nada, si no simplemente no lo hice. Hace noventa y tantos mensajes que estoy y la raíz fue un debate abierto entre Ius y Pulpo, elogié sus intervenciones por parecerme extraordinarias. Tardé muy poco en darme cuenta de que existe una gran altura por parte de todos los componentes, cualquiera, Hugo, Tuno, Incrédulo, Lili, Mari-Tere, SadouMeiker y un largo etc. Cuando veo que hay inmovilizaciones que hacen que esto se tambalee con mal ambiente simplemente por exposiciones que, por lo general, devienen de otras épocas, llaman al insulto, y a la barbarie semántica, pienso que algo falla. Los elementos que intervienen en estos contrastes son siempre los mismos: yo estoy aquí, tú estás allí. Si no existiesen esos extremos en el segmento, tendríamos una mayor equivalencia en las opiniones, pero como nos vamos a anclar en ellos no podemos encontrar el punto medio, o cuando menos, acercarnos a él.