No, no, no, no.
De eso nada: de más bien el PSC, nada. ¡Todo el PSOE!
¿Quién le da fuerza al nacionalismo? Todo el PSOE.
¿Quién se deja mangonear por el PSC? Todo el PSOE.
¿Qué son el nacionalismo y el PSC sin el PSOE? Nada.
El PSOE es el que ha adoptado unas políticas hispanófobas, en las que, como dice Federico, si no cree, malo, porque políticamente no dejarían de ser sino, unos mercenarios sin ideales y si cree, peor, porque eso supondría creer en privilegios por razón de raza, o del lugar de nacimiento: creer que los catalanes autóctonos tienen que tener necesariamente más derechos que los que no son autóctonos, por el sólo hecho accidental de haber nacido en Cataluña.
Yo siempre combatí este tipo de privilegios, y digo también, que al PSOE le interesa fomentar el anticatalanismo, para no cargar con la responsabilidad por sus actos, pues les interesa atribuir esos hechos a que los catalanes tienen un defecto genético que les hace ser unos canallas, por el sólo hecho de haber nacido en Cataluña.
¡Pues no señores! Ser catalán, nacer en Cataluña, no es para nada sinónimo de maldición: aquí la única maldición, la única cruz que todos padecemos, es la de nuestras decisiones. ¡¡No tengan la caradura a atribuir a una maldición inexistente (la de ser catalán) lo que no es sino el resultado de lo que ustedes votan en el Parlamento, lo que no es sino consecuencia de sus concesiones una tras otra a los nacionalismos unida a su incapacidad para decir no!! Si ustedes y los del PP no saben decir “no”, no valen ustedes para la política. Y entonces, debemos ser nosotros, los que le digamos a ustedes “no”, el día de las elecciones. No se merecen ni un céntimo de dinero público. ¡¡Viva el fraude fiscal!!
Como Cagancho en Almagro y nunca mejor dicho.